jueves, 29 de diciembre de 2011

Garra (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-29/12/11)

Ser del Strongest es bien sacrificado, esa es la pura verdad. Tan cierto es esto, que este año tanto La Razón como Página Siete, dedicaron su inocentada del año al Tigre, con noticias casi idénticas, que decían que la Liga le estaría quitando el título a raíz de no sé qué irregularidades administrativas. Y es que no sería de extrañarse que algo así pudiera ocurrir; los estronguistas vivimos siempre así, en apreturas, nadando contra la corriente, esperando lo peor y haciendo lo mejor por amor a la camiseta. Es por eso que somos el equipo que mejor representa a la gente de éste país; somos en Bolivia ese equipo popular que existe en todos los países, que resume las desventuras y las eventuales glorias de la gente sana y humilde, es decir de los medio cagados de siempre.

Siempre nos han faltado centavos para llegar al peso; nos hemos pasado la vida (una vida larga, de más de cien años) haciéndole frente a la adversidad y haciendo esfuerzos supremos para estar siempre a la altura de nuestra historia y de nuestra hinchada. Tuvimos y tendremos buenas y malas rachas, así como las tiene la gente de a pie, y más allá de nuestros altos y nuestros bajos, somos un equipo esforzado y tenaz.

Y sin embargo tenemos un amor propio a prueba de fuego, pues estamos orgullosos de lo que somos; nos alegramos de todo corazón cuando obtenemos resultados, y no andamos al revés, vendiendo expectativas, porque no somos un club pretencioso y arribista. Por eso la gente nos tiene respeto y cariño, y el país se alegra cuando nos va bien. La garra estronguista no es un mito, ni menos aún un invento de marketing; es simplemente la valentía y el coraje de los desheredados para arañar y arrancarle al mundo las cosas con sacrificio; es la condición natural del pueblo trabajador y honesto, trasladada a la actitud deportiva de un equipo de fútbol.

Verdad es también que el camino de la dignidad y la entereza está plagado de sinsabores y que muchas veces la dirigencia no supo responderle a su gente; no sé ni me interesa saber de los entretelones y los dimes y diretes entre la ex y la actual dirigencia; sencillamente habrá que felicitar a todos, a jugadores, hinchada, dirigencia, entrenador y cuerpo técnico, por habernos dado la alegría del campeonato, y esperar que esta fórmula se pueda reproducir en la medida de lo posible. Siempre he pensado que jugando al fútbol no debemos ser mucho peores que los peruanos, ecuatorianos o chilenos, pero la calidad de nuestra dirigencia deportiva ha sido en general nefasta (basta ver la cantidad de ex políticos involucrados en el asunto); a ver si el recambio de élites le toca también un poco a nuestro fútbol (a aquellos que pueden cambiar de dirigencia, claro).

El año no podía terminar de mejor manera: la imagen del capitán Pablo Escobar levantando la Copa nos llena de orgullo y satisfacción, porque de verdad sentimos que lo merecíamos. Hoy somos campeones con la misma humildad con la que lo fuimos muchas veces, y con la que seguramente lo seremos muchas veces más: pisando tierra firme y sin aires de grandeza. Quiero compartir a través de ésta última columna del año estas lágrimas de emoción con mis amigos gualdinegros, los que están en el cielo, como mi padre que me enseñó a vivir la vida como estronguista, y los que están los domingos en la gradería, sufriendo y gozando las hazañas de nuestro querido Tigre.

jueves, 22 de diciembre de 2011

La antesala de un año espantoso (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-22/12/11)

Hace tres años el gobierno de Evo Morales derrotó políticamente a la oposición regional, que hasta ese momento se autodenominaba orgullosamente “media luna”, insinuando con ese nombre su tinte separatista. Si bien los cuatro prefectos, en ese entonces, habían sido elegidos democráticamente, no tuvieron la capacidad para articular un bloque político mínimamente serio que pudiera constituirse en una alternativa de alcance nacional. No supieron medir los tiempos históricos y tampoco pudieron entender el proceso que vivía el país; en medio de esa ceguera, apostaron más bien por una conspiración suicida que pretendía una solución por el desastre.

Después de jugarse por unos referéndums autonómicos completamente forzados en términos constitucionales, intentaron prenderle fuego al país con la toma de instituciones, que teóricamente debía terminar con un reguero de sangre, violencia y muertes, que terminaría por tumbar al gobierno. El tiro les salió por la culata, y después de los excesos cometidos en Pando, la aventura terminó en una derrota histórica que abrió un nuevo capítulo del proceso constituyente.

A partir de allí, la querella política de fondo quedaba resuelta, con unos poderes regionales dispersos, debilitados y deslegitimados, incluso internamente. A partir de allí el MAS comenzaba a ganar espacios políticos en terrenos antes inexpugnables, lento pero seguro. Vistas así las cosas, desde la perspectiva del poder, a partir de allí todo era cuestión de tiempo.

Sin embargo, nada parece ser suficiente para aplacar el insaciable apetito de poder inmediato del gobierno. La suspensión del gobernador del Beni, preparada desde hace tiempo, abre una nueva arremetida que anuncia además la pronta destitución de su homólogo cruceño. Con esto, el gobierno terminará de farrearse su legitimidad democrática, en el entendido de que nadie tiene la menor duda de que, detrás de los procesos jurídicos, se encuentra la mano oscura del poder.

El resultado de esta enorme torpeza política será obviamente la victimización de todos los líderes regionales y políticos procesados, sin distingo de quienes pudieran ser responsables o culpables de flagrantes hechos de corrupción. Todos metidos en la misma bolsa con el rotulo de perseguidos políticos, más allá de las particularidades de cada caso. Moros y cristianos, justos y pecadores, mezclados en el fango del abuso de poder.

Este favor que en algún momento terminará con el indulto de más de un delincuente, es una muestra más de la rápida descomposición del gobierno en este año, y de la brutal reacción a partir del último revés sufrido con el TIPNIS. A partir del gasolinazo, el régimen perdió su invulnerabilidad, y hoy se defiende desde el llano, con una virulencia tremendamente ordinaria, que ya no repara en consecuencias.

Los errores cometidos, lejos de ser aprovechados para una introspección sana y una reconducción del proceso, han detonado un cierre de filas salvaje que se presenta como la antesala de un año con rasgos prematuramente preelectorales, marcados por la inminencia de referéndums revocatorios por doquier, en los que se ventilarán desde ahora las peleas intestinas del partido de gobierno, de cara a las próximas elecciones generales. Así de feo se viene el próximo año, por lo que le recomiendo que intente descansar y recargar las pilas al máximo en estas fiestas.

lunes, 19 de diciembre de 2011

TIPNIS e IIRSA, las siglas del millón (Ensayo Anuario 2011 Página Siete-18/12/11)

Ocurre con poca frecuencia que una sigla concentre y resuma tantas cosas a la vez. Unas cuantas letras adquieren a veces la fuerza para explicar por sí solas complejas coyunturas, e incluso para simbolizar respuestas a procesos de gran magnitud. Un par de iniciales como el 11-S, marcaron, por ejemplo un antes y un después en la historia contemporánea mundial. La sigla TIPNIS es obviamente tema de anuario, y mucho más que eso. Fue si, el tema del año, y probablemente también el tema del lustro, que ha encendido importantes luces sobre el proceso político en curso.

Pero si del año se trata, debemos convenir en que la reacción al gasolinazo (el G-26, para ponerlo también en clave de siglas) y el TPNIS, fueron los dos hechos políticos más significativos del año. Y mire usted cómo son las cosas: uno afectó a la gran mayoría, originando la reacción de unos pocos, y el otro, intentó afectar a unos pocos, causando la reacción de todos.

Pero fue finalmente el fenómeno social que acompañó la marcha indígena el que finalmente reveló, a mi juicio, la clave para la lectura política del TIPNIS; me refiero al retorno vigoroso de la sociedad en movimiento, versus el poder. Las masivas y espontáneas adhesiones a la causa en cuestión, dieron fe del buen estado de salud de la ciudadanía no organizada, que se sacudió del letargo y del adormecimiento, doblándole el brazo a los abusos de poder, que el gobierno acumuló en los últimos dos años.

Detrás de la solvencia moral y del verdadero alcance de las reivindicaciones, de la lucidez de la dirigencia que dio la cara, y de la extrapolación política que se hizo de un tema aparentemente sectorial, se pudo constatar la vigencia del Proceso Constituyente, remozado y encarnado en la participación y la movilización social. Volvieron a escena junto al TIPNIS, renovadas formas de movimiento social, marcando diferencias con las organizaciones sociales de autonomía política embargada, poducto de la cooptación prebendal del gobierno.

El gran hallazgo en la interpretación de este mega-evento, podría ser entonces el nuevo desborde del sistema político establecido que confirma la persistencia de una crisis de estado aun irresuelta, y que repone en el eje del debate a la caracterización de los movimientos sociales y su rol en el cumplimiento de la Agenda de Octubre y en la rectificación de la ruta crítica del Proceso Constituyente. Pero en este diagnóstico que arroja buenas noticias para la sociedad, las malas noticias son para los partidos y fuerzas de oposición. ¿Por qué? Pues porque las respuestas a estos dos grandes hechos surgieron al margen de ellos, rebasándolos también; lo que no pudieron hacer ellos en seis años, lo hizo la gente de a pie.

En el otro lado, el desacertado manejo político del conflicto por parte del gobierno, ha dejado cuantiosas facturas de corto y largo plazo, que ya se han comenzado a cobrar en costos de todo tipo. Uno de ellas tiene que ver con el daño irreversible infringido al canciller Choquehuanca, que con su silencio cómplice abdicó de todas las ideas que representaba dentro del gobierno, y selló su derrota interna y su futuro como posible sucesor al trono. Otro costo tiene el sello de un desastroso descalabro de la imagen internacional del presidente; y sigue en la larga colección, la ruptura definitiva con las clases medias urbanas, que con esto, parecen haberle perdido el miedo a expresar sus descontentos.

Merecen unas líneas aparte las solidaridades interesadas y oportunistas de cierta oposición clasemediera, que aprovechó la ocasión para colarse a la protesta, haciendo gala de su sinvergüenzura al convertirse rápidamente, del racismo y el consumismo, al indigenismo y al medio ambientalismo.

Pero, a no dudar, la constancia de ruptura más profunda se ha constituido en una separación profunda entre el proceso de cambio, entendido como proyecto de poder, y el Proceso Constituyente, concebido como ruta de cambio de estatalidad y de sociedad.

En el camino regado de errores y horrores, el gobierno se las arregló también para poner en tela de juicio muchos preceptos básicos sobre los que construyó su simbología y, por qué no decirlo, su mitología política. Quedó en serias dudas aquella entelequia discursiva referida a lo indígena-originario-campesino, echada por tierra por la evidencia de diferentes intereses entre campesinos e indígenas. La presunción de Evo Morales como primer presidente indígena al frente de un gobierno de izquierdas, quedó también relativizada por la agresiva y condescendiente actitud “chola” del presidente (en su buena y en su mala acepción) con los indígenas, y por las prácticas y discursos típicamente derechosas de todo el ejecutivo en la administración del conflicto.

El berenjenal del TIPNIS parece haber precipitado también la decantación interna de las fuerzas en pugna al interior del régimen. Las motivaciones para la construcción del camino y los argumentos esgrimidos en su defensa, de alguna manera hicieron “salir del closet” al talante desarrollista y conservador, oculto tras el discurso revolucionario, pero siempre latente en los círculos más íntimos del poder palaciego.

Todo indica que se impuso la visión pragmática sobre cualquier tipo de intento por construir un modelo de desarrollo alternativo, consonante con las demandas históricas y la retórica gubernamental. El sustento ideológico fue avasallado por una apuesta de acumulación de sustentos de poder, basada en el apadrinamiento del aparato burocrático en uso del poder, y de nuevas burguesías campesinas de corte capitalista, dueñas de tierras en calidad privada, empleadoras de mano obra asalariada, y sujeto de permanentes incentivos estatales. A este nuevo bloque de poder, se van sumando otros actores como la banca o los agroexportadores, que comienzan ya a comprender el nuevo lugar que el gobierno les ha cedido en su proyecto hegemónico.

Cuando se habla del TIPNIS, y seguramente seguiremos hablando del tema durante mucho tiempo, muchos se preguntan cómo es que pudo haber ocurrido todo esto, y cuáles fueron las razones y las fuerzas que empujaron al gobierno a esta desquiciada aventura. Los móviles recurrentes en ese posible inventario, son la presión cocalera por la ampliación de sus fronteras, la presencia de riqueza hidrocarburífera en la región, la presión y el cobro de favores del tándem OAS/Lula sobre el presidente, o el irresistible tamaño de las coimas en juego. Sin embargo, nada se ha dicho acerca del papel de otra sigla, el IIRSA, como verdadero telón de fondo.

El IIRSA es la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, financiada por el BID la CAF y FONPLATA, que en los papeles, tiene como objetivo la planificación, el financiamiento y el desarrollo de mega proyectos de infraestructura, ni más ni menos que en las áreas de transporte, energía y telecomunicaciones. Pero existe una serie de investigaciones que denuncian que detrás de esta loable iniciativa, se ocultan los intereses estratégicos de largo plazo del poder transnacional. Se trata de una suerte de motor de multiplicación de iniciativas desarrollistas a diversa escala, que avanza lento pero seguro, sin reparos en cuanto a la expansión descontrolada de la agricultura intensiva, el cambio de uso de suelos, la explotación insostenible de recursos naturales, y el avasallamiento a áreas protegidas de biodiversidad.

Proyectos mineros, represas y, claro, caminos, que responden a la agenda de futuro de grandes consorcios financieros, de acuerdo a su propia temporalidad, y no a las necesidades específica y reales de los estados involucrados. Los planes que desde allí se trazan no se discuten, no importa cuales fueran sus impactos medioambientales y sociales, so pena de severas represalias y bloqueos financieros externos. Desde allí, con muy bajo perfil, corren los intereses de los verdaderos “dueños del mundo”, y con la música que ellos ponen, bailan todos los gobiernos de la región.

Un palo de ese tamaño puede si, explicar el aparente e irracional suicidio del gobierno, y más aún, la insistencia y la reacción post derrota política, que anuncia ya una brutal venganza contra los indígenas del TIPNIS, urdida desde todos los frentes imaginables para legitimar la construcción del camino, cueste lo que cueste. Esta podría ser la lección final y definitiva del TIPNIS y del IIRSA, dos siglas que explican lo inexplicable: Hay poderes a los que sencillamente, no se les puede decir que no.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Compras insensibles, pero al menos inteligentes (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-15-12-11)

Esta semana haré eco en mi columna de la discusión con mis colegas de radio Mónica Machicao y Rolando Morales, a propósito de las actitudes que guían nuestro comportamiento en cada Navidad. En el cierre de temporada de nuestro programa “Esto No Tiene Nombre”, en Radio Deseo (sí, esa radio contestataria), nos ensalzamos en una charla acerca de los rasgos que caracterizan la Navidad, y a partir de aquello, me quedaron rondando por la cabeza un par de ideas.

Es verdad que cada fin de año no puedo dejar escribir algunas líneas de condena y repudio a la estampida comercial que se desata en todo el mundo occidental, en el nombre de Dios. El desenfreno psicótico con el que la gente se lanza a esta orgía de consumo, siempre me ha parecido sencillamente inadmisible; que exista una fecha que sirva para generar un pico de demanda en la economía y para exaltar nuestros peores instintos, no le veo problema; pero que se cometa un pecado colectivo de esas dimensiones como celebración del nacimiento de Jesucristo, me parece ya una barbaridad fuera de todos los límites.

Finalmente, el consumo de bienes materiales, la grosera puesta en evidencia entre ricos y pobres, la falsa y efímera solidaridad manifestada a través de la caridad y el derroche en general, son exactamente lo opuesto al legado espiritual de Cristo, por lo que, pretender rendirle homenaje o festejar su nacimiento de esa forma, es un contrasentido solamente explicable por la cantidad de millones que circulan en marketing y en publicidad, que terminan por enajenarnos completamente.

Pero bueno, si realmente no podemos evitar las garras del consumo, al menos hay alternativas de elección que le pueden dar un poco de sentido a nuestros gastos. Algo de conciencia y de postura ideológica no nos haría ningún daño, si es que hemos decidido apuntarnos al concurso de gasto convocado por ese gordito barbón, que a ratos se parece más bien al Tío Sam.

Tratemos de comprar productos bolivianos, ya sean industriales (que ya lo sé, son muy poquitos), o sean artesanales, que los hay de todo precio y de excelente calidad. La oferta nacional de cosas muy bonitas y muy bien logradas es enorme, si tenemos el cuidado de buscar con calma; con ello estaremos contribuyendo a la generación de empleo y de mercado interno, y tendremos una razón menos para quejarnos contra el gobierno y contra todo. Comprar cosas chinas o americanas puede ser la manera más racional y eficiente, es cierto, pero así no nos estamos ayudando a nosotros mismos.

Tratemos también de comprar productos en el mercado formal, para no incentivar aún más el contrabando y la evasión impositiva. El problema de esto, como dice el amigo Rolando, es que diferenciar a los formales de los informales puede ser bien difícil. Muchas de las coquetas tiendas de la zona sur venden mercadería de contrabando, así como muchos comerciantes “de arriba” están en condiciones de vender con factura y con póliza de importación.

Llevando la idea un poco más lejos, esta actitud frente a las decisiones de compra, podría ser como una especie de participación y control social de los consumidores hacia el mercado y hacia el estado también. Nuestras decisiones individuales, multiplicadas colectivamente, bien podrían cambiar algunas cosas importantes, generando interesantes tendencias de mercado. En todo caso, si va a comprar, hágalo con la mano en el corazón y no sólo en la billetera.

martes, 13 de diciembre de 2011

¿Para qué la cumbre? (Artículo Suplemento Ideas-11/12/11)Página Siete-

Esta semana el gobierno ha comenzado a cosechar los primeros frutos de su cumbre social. La primera victoria ha sido la suerte de legitimación que, queriendo o sin querer, un montón de personalidades de oposición le han dado a la cita, proponiendo enfoques y temas que deberían de tratarse allí. Las sugerencias y aportes conceptuales a la agenda de la cumbre provenientes de analistas y actores que ni siquiera han sido invitados, ya está convirtiendo a la cumbre en un espacio válido, que podría ser el referente de la agenda política del próximo año. Gran negocio para el gobierno, que así recupera la iniciativa política perdida con los fiascos del gasolinazo y el TIPNIS: La reunión de alas partidarias de MAS, de amigotes y socios, adquiere tintes de dialogo y encuentro nacional.

Este es el riesgo de comenzar a tragarse ingenuamente la necesidad, la pertinencia, la modalidad, y la calidad y el alcance de la convocatoria de este evento, sin detenerse a pensar otra vez en el “para qué” de la tal cumbre. Si nos atenemos al discurso oficial, la cumbre responde a la necesidad de plantear una nueva agenda para el proceso de cambio, en la medida en que la Agenda de Octubre se habría ya cumplido; el libreto dice también que esta nueva agenda debiera ser la base de un programa de desarrollo económico, elaborado por los movimientos sociales.

¿Lindo, no? Así pintadas las cosas, cualquiera se apunta. Sin embargo, a estas alturas el gobierno ya nos ha enseñado de sobra que, pensando mal, siempre acertaremos. Y en este caso pensar mal es atender más bien a la realidad económica y política que ha puesto al gobierno en el brete de tener que convocar a sus huestes para legitimar su reposicionamiento. En esa óptica, la cumbre es una reacción política a la derrota sufrida en el primer episodio del TIPNIS; esa derrota puso en evidencia no solamente diversas rupturas con la sociedad, si no fuertes debilidades políticas internas. La paliza recibida fue de una magnitud que obliga al ajuste de las tensiones internas, al cierre de filas con las organizaciones sociales adictas al régimen y a la conformación de un nuevo bloque duro de poder, reforzado por nuevos actores.

¿Por qué otro tipo de razones se ha tenido que forzar esta reunión de acólitos? Aquí viene lo más grave: para darle un baño popular a algunas medidas económicas, más o menos preanunciadas, que el gobierno tendría que tomar para resolver sus urgencias fiscales. Entre ellas, ha aflorado nuevamente el “sí pero no” de la subida del precio de los combustibles. Pero muchos se preguntarán porqué la aparente urgencia de medidas fiscales y gasolinazos, si teóricamente las cosas van viento en popa y el gobierno no pierde ocasión para auto elogiar su manejo macroeconómico y el auge que habría producido la nacionalización.

Aún más extrañas resultan estas necesidades a la luz de un estudio realizado por la Plataforma Energética, en el que se revela que el impacto real del subsidio a los carburantes no podría superar los 222 millones de dólares para el año 2010, es decir menos de la mitad de los astronómicos montos señalados por el presidente cuando se refiere a los daños que esto le ocasiona al estado. Menudo detalle, al parecer se olvidaron en el cálculo oficial, considerar los valores que retornan al fisco por concepto de la venta de los combustibles y el cobro de impuestos.

Esta investigación, entre otras cosas, confirma que se intentó utilizar el gasolinazo para justificar un aumento muy por encima de lo necesario, con el fin de aumentar los ingresos del estado y sostener las frágiles finanzas de un estado que debe responder al aumento del gasto fiscal corriente, al crecimiento de la burocracia y al mantenimiento de políticas de tinte populista para el sustento del gobierno.

Detrás de esta escenificación teatral de los movimientos sociales demandando y avalando medidas de ajuste fiscal, se encuentra en realidad el drama de un gobierno que en los hechos ha contribuido a profundizar el patrón primario exportador y el carácter rentista del estado, y hoy comienza a ser víctima de sus propias contradicciones. En el caso del sector de los hidrocarburos, los resultados de la nacionalización son también preocupantes; pese al elevado nivel de precios internacionales, la producción de petróleo ha disminuido, la de gas se ha estancado y las reservas son en realidad un tercio de lo que se pensaba. Ante estas y otras contingencias, poco o nada puede hacer el estado a través de la raquítica e inoperante YPFB, que debe ajustarse nomás a los intereses y las ganas de las empresas extranjeras, que siguen controlando el sector.

El telón de fondo de este espectáculo es como se puede advertir, bastante más complejo que la discusión sectorial de temas específicos. El debate en cuestión tiene que ver en realidad con la necesidad de concebir (¡con casi seis años de retraso!), una política económica que responda a un modelo de desarrollo acorde con el discurso y con los postulados originales del Proceso Constituyente. Coincidirá usted conmigo en que no es esto lo que se va a tratar en la cumbre, ¿no es cierto?

jueves, 1 de diciembre de 2011

La Tormenta Perfecta del tráfico y la circulación vial (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-01/12/11)

El problema del transporte público en nuestra querida ciudad ha llegado ya a un punto crítico que requiere soluciones de fondo. Ya no hay márgenes para ningún tipo de dilación. Y es que sencillamente, así no se puede vivir; llegar al trabajo y volver a casa se ha convertido en una pesadilla diaria que atormenta a cientos de miles de ciudadanos y que ha reducido nuestra calidad de vida a niveles intolerables.

Para los que no pueden darse el lujo de embarcarse dos veces al día en un cómodo radiotaxi, la perversa condena de pasar por lo menos dos horas diarias bajo el sol o bajo la lluvia para conseguir un trufi o un minibús, es un castigo que termina por arruinarles la vida por completo. Perder dos horas al día al fósforo en esa rutina salvaje y humillante en la que hay que pelearse con veinte personas para ver quién sube a las atestadas movilidades, son un inicio y un final de jornada que nadie en este mundo se merece.

Esas dos horas diarias que se multiplican exponencialmente, son horas que no se trabajan, que no se disfrutan en familia, que no se duermen, que no se leen, que no se descansan, y que solo sirven para acumular frustración, impotencia, amargura y violencia psíquica.

Para los supuestamente privilegiados conductores de vehículos propios, el panorama tampoco es mucho mejor que digamos. Salir en auto a cualquier hora y por cualquier lugar de la ciudad, sirve solamente para constatar que el sistema de circulación ha colapsado para todos. ¿Se ha dado cuenta usted que incluso en las zonas residenciales de la zona sur, debe manejar al ritmo de los cientos de camiones que circulan sin ningún tipo de restricción? Camiones que transportan material de construcción, camiones de la Alcaldía que mueven tierra y piedras de un lado a otro de la ciudad, camiones de empresas de distribución de alimentos, camiones areneros, camiones de mudanzas, camiones cisterna, camiones verduleros, en fin, camiones de todo tamaño y de todo color que circulan a uno por hora en calles donde no entran más que ellos.

Sumemos un parque automotor inmenso que sigue creciendo desenfrenadamente con autos chutos, un sistema de transporte público atomizado en miles de movilidades, los benditos camiones, calles angostas, un sistema de semáforos y varitas que no funciona, arreglos de vías, obras de tendido de gas domiciliario que cancelan el tránsito por semanas, y además la colección de marchas y bloqueos que se multiplican todos los días, y allí está la tormenta perfecta, el cóctel explosivo, que nos tiene a todos al borde de la histeria colectiva.

Por ello no puede pasar un día más sin que el gobierno municipal encare un proyecto integral que contemple un sistema de transporte municipal masivo de buses en las rutas troncales (obligando al transporte público privado a atender rutas secundarias), el incremento de uno o dos dígitos diarios en la restricción vehicular, la modernización del sistema de semáforos, la revisión del sentido de las vías, de las paradas y de los espacios de parqueo (monopolizados en muchos casos por restaurantes, embajadas, tiendas y oficinas) , y la normativa para la circulación de camiones de acuerdo a zonas y horarios.

Ya lo sé, se trata de una tarea titánica que tendrá que hacer frente a los intereses de medio mundo y sobre todo a la inconciencia urbana de muchos, pero ni modo, igual hay que hacerlo, y hacerlo ahora.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Más allá del Pacto de Unidad (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-27/11/11)

La salud del Pacto de Unidad está hoy en serias dudas y es parte central de la discusión política en el país. La ruptura definitiva o las posibilidades de continuidad a través de una profunda revisión todavía son motivo de debate y dividen tanto a disidentes como a oficialistas. No es para menos. La afluencia y la capacidad de generar propuestas y proyectos políticos de las organizaciones sociales, constituyen el nervio central de un proceso que, desde sus bases, hoy afronta disyuntivas y desafíos cruciales.

La agenda mediática coyuntural previa a la realización de la Cumbre Social prevista para diciembre, da cuenta en estos días de un ir y venir de voces acerca de la integridad del Pacto. El presidente Morales ha intentado desactivar, o por lo menos minimizar la discusión, felicitándose por la cantidad de organizaciones asistentes al último encuentro nacional ordinario, y desmintiendo su debilitamiento.

Desde las miradas más escépticas, se alerta de un evidente resquebrajamiento, indicando que el Pacto a estas alturas solamente agrupa a la Confederación de las Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa, y que el alejamiento de facto de la Cidob y el Conamaq, entre otros, le han restado legitimidad, hiriéndolo de muerte.

La disputa alrededor del grado de unidad me parece bastante ociosa en la medida en que no se discuta antes la calidad de las organizaciones involucradas. Podrá ser útil entonces en esa perspectiva detenerse un momento en el repaso de algunas resoluciones del último encuentro del Pacto en Sucre.

No pueden pasar inadvertidas las resoluciones que exigen el inmediato inicio de acciones judiciales en contra de activistas de derechos humanos por difamación y calumnia en relación a la denuncia de muertes en la intervención a la marcha del TIPNIS. En la misma tónica, se demanda el procesamiento de los medios de comunicación que supuestamente habrían mentido deliberadamente en la cobertura de los actos de represión. En la colección de demandas de juicios, sigue una lista de dirigentes no funcionales y disidentes, entre los cuales figuran Alejandro Almaráz, Rafael Quispe y Lino Villca. Y para que no quede lugar a dudas sobre el carácter del documento, se pide expulsar a todos los traidores del proceso y defender al presidente en todos los escenarios en los que haya sido acusado.

Si ese es el espíritu con el que el Pacto de Unidad concibe su fortalecimiento, pues entonces estamos ante la evidencia de que el debate debe trasladarse a la verificación de la autonomía política de las organizaciones y a una profunda revisión de la naturaleza de las instancias de movilización y participación social.

El panorama sobre el que toca reflexionar, y muy en serio, es el de un sistema de representación en el que los partidos (el MAS incluido) no han podido superar la crisis que dio fin con la estructura tradicional, las organizaciones sociales fundamentales han sido cooptadas por el gobierno al punto de convertirlas en alas partidarias del MAS, y la sociedad en movimiento sigue dando muestras de desborde institucional, como se pudo evidenciar con el gasolinazo y la marcha del TIPNIS.

La discusión a retomarse desde todos los espacios debería trascender los acomodos tácticos, las adhesiones y las sumas y restas en la conformación de bloques de poder, y enfrentarse sin remilgos a una realidad que nos confirma la persistencia de la crisis de estado, que no permite avanzar en la ruta crítica del proceso constituyente.

Si bien la convicción y el talante de una ciudadanía dispuesta a hacer política desde las calles se siguen renovando y dando muestra de vitalidad en sus continuas pulsetas contra el poder, el riesgo de caer en el juego aritmético de fuerzas que plantea el régimen, amenaza con adormecernos y distraernos de lo esencial.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Rajoy: lo previsible y lo que realmente le espera (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-24/11/11)

El triunfo arrollador de la derecha más reaccionaria en España da para unas cuantas líneas, aunque sea solo para dejar en claro que lo que se viene en la madre patria, lo vimos ya venir desde hace tiempo. La victoria de Rajoy, grande en altura pero pequeño políticamente al igual que su pequeño mentor José María Aznar, confirma una serie de rasgos alarmantes de la situación española y europea, y acelera un escenario pavoroso, en el que las datos de la bolsa y las cifras de la calificación de riesgo de la deuda, serán jabón de olor comparados con las secuelas sociales que hasta ahora se pretende ignorar.

Habrá que decir primero que con lo ocurrido el domingo se confirma que la crisis económica tumba gobiernos (no olvidemos que Rodríguez Zapatero se vio obligado a adelantar los comicios) sin importar si estos son de derecha o de izquierda, y mueve el péndulo electoral al otro extremo.

En realidad, esto está demostrando que a la gente en Europa le vale un pepino la tendencia ideológica de unos políticos y unos partidos que ya no tienen la capacidad de representarlos. Más aún, esto confirma algo con lo que vengo jorobando hace mucho tiempo: las derechas y las izquierdas, en España, en Europa, en Latinoamérica y en todo el mundo, ya no explican absolutamente nada.

¿Usted me podría explicar qué quiere decir hoy derecha o izquierda en Francia, en Italia o en Alemania? O en el caso español, ¿qué cree usted que podría estar pensando un votante izquierdista del PSOE acerca del proceder de su gobierno, que no dudo en tirar por el caño toda la política social para cuadrarse y recibir instrucciones del Fondo Monetario Internacional?

La política europea hace rato que se ha convertido en un flan, eso ya lo sabíamos, lo relevante es que la gente ya se ha dado cuenta y empieza a actuar en consecuencia; si bien todavía acuden a las urnas para ejercer su derecho al castigo a los que no supieron afrontar la crisis, creo que hay una buena parte de la población que ha comprendido que el problema es bastante más complicado de lo que parece.

Saben que importa poco a quién elijan, porque al final ocurrirá lo que el sistema financiero y los poderes económicos decidan que ocurra. Saben que la política y los políticos ya no respondes a ideas ni a principios, y que, hagan lo que hagan, seguirán mandando los bancos y las bolsas. Así ocurren las cosas cuando las instituciones ya no responden a la realidad y dejan de representar al ciudadano; se suele llamar a esto crisis de estado y uno de sus síntomas son los desbordes a través de movimientos sociales, o dicho de otro modo, la irrupción de la sociedad movilizada al margen de la institucionalidad establecida.

Me temo que eso comenzará a pasar en España ni bien el nuevo gobierno comience a aplicar el plan de ajustes que ni siquiera tuvo la cortesía de explicar a sus votantes. La señora Merkel (para algunos la verdadera sucesora de Rodríguez Zapatero) y los organismos financieros, ya le han indicado a Rajoy que no lo esperarán ni un minuto para que haga lo que le han dicho que tiene que hacer. Y no hay que ser adivino para saber lo que eso significa: hacer lo que en su campaña dijo que no haría, y tomárselas nuevamente contra los sectores más vulnerables y desprotegidos.

Todo parece muy previsible, menos la magnitud de la reacción de los millones de indignados, desempleados y desesperanzados. Eso, creo que no lo están viendo venir.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El regalito de fin de año (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-17/11/11)

Habrá que ir alistándose para una nueva sacudida inflacionaria de fin de año. Parece que Evo no puede resistir la tentación de hacernos un regalito navideño, puntualmente, cada diciembre. Digo esto, a riesgo de ser tildado de alarmista e irresponsable, porque se viene a gritos otro gasolinazo, a partir de “cumbre de movimientos sociales” de diciembre.

No creo que sea tan torpe y grosero como el del año pasado, pero de que el tema se va a instalar nuevamente, de eso ya casi no hay duda. El cuento, esta vez, vendrá más o menos así: dicen los movimientos sociales que obligatoriamente tiene que haber una nivelación de precios de los combustibles, porque el país no puede seguir dándose el lujo de dilapidar sus recursos subvencionando una gasolina para las vagonetas cuatro por cuatro y para el contrabando. Y como yo gobierno obedeciendo al pueblo, pues no tengo más remedio que hacerles caso; pero como soy un presidente magnánimo y generoso, sólo voy a subir un poco los precios ahora, y durante los próximos años vamos a ir nivelando de a poquito.

¡El pueblo, organizado, clamando a los cuatro vientos un gasolinazo! Sí señor, una payasada digna de Ripley sobre la que seguramente tendremos la oportunidad de matarnos de risa mil veces, hasta que nos duela el estómago. Lo que no va a ser tan chistoso es la disparada de precios que comenzará apenas se toque el tema en la tal cumbre. Igualito que el año pasado, los precios de todo van a subir en una proporción muy por encima de cualquiera que sea el ajuste; para colmo de males, y como dicen que el mercado funciona en base a expectativas, pues entonces como ya nadie le cree al gobierno, el mercado asumirá que es mejor nomás ajustar la subida de precios al tope, como si hubieran subido el precio de la gasolina al doble.

Muy probable que unas cuanta semanas después la sociedad en movimiento le tuerza otra la vez la mano al régimen (digo, los verdaderos movimientos sociales), y éste tenga que retroceder una vez más, pero usted ya sabe, aunque esto ocurra, los precios nunca volverán a bajar. Allí es cuando el dolor de estómago se convertirá en dolor de hígado.

Dado que la reunión de la patota conformada por el MAS y sus alas partidarias (los supuestos movimientos) tiene un carácter económico, habrá que ver también que otra sorpresita puede salir de allí. El problema fiscal del gobierno no ha sido resuelto y podría incluso complicarse aún más el próximo año; el objetivo del circo es entonces darle un cariz de legitimidad a cualquier medida, que resultará finalmente en meterle la mano al bolsillo de algún sector para resolver sus quilombos.

La falta de gestión acumulada comienza a pasar factura con una dura lección de la vida real: no hay jauja que aguante ni bonanza suficiente cuando no se ha hecho la tarea; el precio de los viajecitos diarios y la campaña permanente en detrimento de los aburridos deberes de despacho de temas de gobierno, tiene nomás que resultar en estos aprietos, si es que se ha convertido en la rutina diaria.

Ese va a ser nuestro festivo diciembre, marcado a fuego por los efectos y consecuencias de una cumbre económica de movimientos sociales que no es ni cumbre ni es de movimientos sociales, ni es tampoco económica, sino la reacción política de un gobierno con urgencias de reposicionamiento.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Falso, falso y refalso (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-13/11/11)

La representación teatral de una “cumbre social” y un “dialogo nacional” (así, con minúsculas y entre comillas), ha puesto crudamente en escena, la enajenación y deslegitimación del gobierno de Evo Morales. En la producción de ese sainete, se evidencia el extravío y la pérdida de la brújula constituyente de un régimen que intenta reposicionarse tácticamente, bajo supuestos y premisas falsas.

La trama de este guión improvisado apunta que la Agenda de Octubre ya se ha cumplido a cabalidad y que, por consiguiente, es momento de generar una nueva agenda de desarrollo, junto a los movimientos sociales.

Primera falsedad. La Agenda de Octubre no se ha agotado, sencillamente porque sus principales postulados no se han realizado aún. La Nacionalización de los Hidrocarburos, más allá de lo que pueda entenderse como nacionalización, no tendrá el sentido original ni dará los resultados esperados, mientras no se reconstruya seriamente la empresa nacional del petróleo con la fortaleza institucional suficiente para acometer con solvencia sus funciones básicas, y para administrar y controlar soberanamente sus relaciones con socios estratégicos, es decir con las empresas transnacionales.

Tampoco se podrá dar como concluido el proceso, mientras la industrialización siga siendo un enunciado de buenas intenciones, pero pesimamente concebidas y, por lo tanto inviables, y mientras no se construya una verdadera Política Energética integral que ordene objetivos y estrategias de largo plazo, que nos permita dejar de mirar exclusivamente el asunto, con ojos de renta fiscal.

Pensar que la realización de la Asamblea Constituyente y la redacción de la Nueva Constitución Política del Estado han cumplido con el cometido constituyente, no es otra cosa que reducir el proceso a un acto administrativo y jurídico. Otra cosa es concebir la nueva carta magna como un resultado político, que pone en el papel los ejes conceptuales, a partir de los cuales se debe construir otra estatalidad y otro proyecto societal. Desde esa óptica, queda claro que muy poco es lo que se ha avanzado en la práctica.

Finalmente, el Juicio de Responsabilidades a los autores de Octubre, tampoco se habrá cerrado mientras los verdaderos responsables políticos no hayan sido extraditados y propiamente juzgados en las instancias jurídicas pertinentes.

Segunda falsedad. La cumbre de movimientos sociales que debería en teoría legitimar la nueva agenda, no es ni cumbre, ni es de movimientos sociales. No es cumbre pues, entre otros, se han auto excluido las organizaciones indígenas, menos importantes en cuestión numérica, pero históricamente muy significativas por la calidad y el alcance de sus reivindicaciones y planteamientos.

Quienes han confirmado su actuación en el numerito gubernamental son organizaciones afines al gobierno, cuyas dirigencias y estructuras han sido cooptadas por el largo brazo de la prebenda, del cuoteo y del soborno político; son agrupaciones que desde hace mucho tiempo han perdido su condición de movimiento social, y que hoy fungen como aparato político, o mejor dicho como alas partidarias del MAS.

Las feroces protestas contra el gasolinazo de principios de año y la movilización social generada en torno a la marcha del TIPNIS, justamente dieron cuenta del desborde del sistema político establecido. Es allí, y no el club de amigos del gobierno, donde se encuentran las vocaciones y las nuevas configuraciones de participación de una sociedad que nuevamente desconoce las instancias de intermediación política, reafirmando así la permanencia de la crisis de estado, y por consiguiente la vigencia de la Agenda de Octubre.

Tercera falsedad. La parodia de dialogo nacional no es una iniciativa del gobierno para delinear un proyecto de desarrollo económico. Se trata más bien de una reacción al calor de la derrota política sufrida a manos de los marchistas del TIPNIS, que revela oportunismo y sobre todo, la urgencia de tapar huecos y resolver problemas económicos apremiantes, producto de la falta de gestión.

No es casualidad que el anuncio de estreno del espectáculo se haya realizado un día antes de la llegada de los marchistas a La Paz, cuando urgían paños fríos para la calentura social. Detrás de esta falsedad, atisba la creciente pérdida de iniciativa del gobierno.

Tampoco hay entonces la real conciencia acerca de la necesidad de un plan de desarrollo económico (un poco tarde además, ¿no es verdad?); más bien el golpe escénico da la impresión de intentar, un poco a la desesperada, buscar remedios urgentes para varios sectores productivos de la economía que resienten el impacto acumulado de una rutina presidencial casi alérgica al despacho cotidiano de los asuntos de gobierno. Luego de seis años de retraso y pereza en el tratamiento de temas sectoriales apremiantes, el barco comienza a hacer aguas, y amenaza con no resistir la probable tormenta que se avecina.

Si bien la ronda de dialogo parece ser un ejercicio de tanteo para ver en qué bolsillos toca ahora meter las manos, esto no excluye la posibilidad y la oportunidad de un coqueteo con nuevos actores (empresarios, agroexportadores, banqueros y ex países non gratos), para la conformación de un nuevo bloque social sobre el cual sustentar el proyecto de poder.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Europa y la luz al final del túnel (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-10/11/11)

    Otra vez el mundo entero contiene la respiración, a la espera del desarrollo de los acontecimientos en Grecia. Cuando todo indicaba que los esfuerzos realizados por la dama alemana y el pequeño francés permitían visualizar una luz al final del túnel, el señor Papandréu consideró que todavía tenía cintura suficiente para una jugada política, con la idea de un referéndum aprobatorio interno del paquete que se le ofrecía para librarlo de la quiebra.

    La jugarreta política, un tanto extemporánea y harto irresponsable, causó indignación generalizada entre los salvadores y de paso terminó de enterrar a Papandréu, que, al parecer, calculó mal sus posibilidades en un escenario catastrófico que no dejaba lugar para la maniobra de último momento. El paso a un costado y la perspectiva de una nueva colación de Gobierno han refrescado de alguna manera las esperanzas de éxito de este agónico salvataje, pero no resuelven la naturaleza y el alcance de la crisis que azota a las economías del primer mundo.

    La trampa radica en suponer que Grecia es el meollo del asunto, y que un acuerdo que evite su descalabro será suficiente para los griegos, para los europeos y para el resto de las economías involucradas en la crisis. Y no es tan sencillo el asunto. Grecia es el eslabón más débil de la cadena y, por consiguiente, es allí donde se ha centrado la atención de todos, pero para muchos el problema es más estructural; la luz al final del túnel bien podría ser la de una locomotora en sentido contrario, que anuncia una estrellada de otro calibre; y esa locomotora, no nos engañemos, tiene nombre y apellido: Italia y España. Los siguientes en la fila hasta ahora no han mostrado capacidades suficientes para encontrar salidas serias y viables en su camino al despeñadero.

    No parece tampoco que el esperado alejamiento del pintoresco Berlusconi o la anunciada llegada de Rajoy, ofrezcan salidas políticas a la altura de unas circunstancias que le han pasado por encima al sistema político europeo. Nadie está dispuesto en el fondo a convencerse finalmente que no se trata ya de una crisis financiera ni una crisis puntual generada por la sistemática irresponsabilidad de un Estado. Aunque duela admitirlo, estamos frente a una crisis mundial de la economía, que ha puesto al descubierto las dificultades estructurales de la mundialización y que también ha desnudado las incapacidades de producción competitiva de grandes potencias en un escenario que ellas mismas contribuyeron a generar.

    Los desafíos inmediatos que Europa tiene que afrontar tienen que ver con la decisión de insistir, a cualquier precio, en el mantenimiento de la Unión o en la alternativa del sálvese quien pueda por su lado, es decir, con un retroceso en una construcción que le ha tomado más de cincuenta años. De cualquier manera, la cosa no pinta muy bien para nadie, incluso para los alemanes, franceses e ingleses (igualmente involucrados), que tendrán que medir hasta qué punto sus ciudadanos están dispuestos a cargar con el peso de todo un continente en sus espaldas.

    Lo que viene después es, en realidad, lo más complicado, y tiene que ver con las consecuencias sociales y políticas de un ajuste estructural que está echando por tierra el estado del bienestar europeo, fruto de dos siglos de luchas sociales. La factura política vendrá sin lugar a dudas firmada por una sociedad civil que recién comienza a movilizarse y a expresar su indignación ante las soluciones planteadas por los viejos amigos del FMI. Nosotros, en este lado del mundo, ya sabemos lo que esto significa.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Música para Todos (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-03/11/11)

La gente común, la de a pie, siempre te sorprende positivamente dando mucho más de lo que se espera de ella. Ocurre esto en la política y en todos los ámbitos imaginables. Hace un par de semanas en el Atrio de la Iglesia de San Francisco, a pocos metros del lugar desde el que los indígenas del TIPNIS intentaban vanamente comunicarle su mensaje a un gobierno sordo, se desarrollaba una experiencia que puso en relieve las enormes capacidades de un lenguaje universal: la música.

En el epicentro de la ciudad, en el corazón de lo popular y lo diverso, la música sacudió y estremeció a miles de paceños, conectándolos con un mundo distinto, para muchos completamente desconocido. En ese escenario natural en el que se representó una y mil veces la historia política y social del país y en el que la música también fue siempre protagonista, el folklore dio paso al primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven, la cumbia cedió lugar a la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky, y el rock cedió su audiencia a las Cuatro Estaciones de Vivaldi.

Durante tres días, el festival de música y gastronomía “Música para Todos” sorprendió gratamente a los transeúntes del frenético centro paceño, con una serie de presentaciones en la Basílica de San Francisco a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta de Cámara Univalle de Cochabamba y la Orquesta Sinfónica Municipal de El Alto. Adicionalmente, y rompiendo todos los esquemas que habitualmente caracterizan a la mal llamada “música culta”, una pantalla gigante hacia retumbar el atrio de la iglesia con videos de música clásica de las orquestas más importantes del mundo.

El festival en San Francisco estuvo precedido del estreno absoluto en América del Sur de la obra Experimentum Mundi, en el Teatro Municipal. Esta maravillosa obra puso en escena a 16 obreros y artesanos bolivianos, entre pasteleros, carpinteros, albañiles, zapateros, adoquineros, afiladores, picapedreros y herreros, que hicieron su trabajo en escena, guiados por un percusionista y dirigidos por un director de orquesta. Ante el asombro y la fascinación de los asistentes, la faena de los artesanos expresada en gestos, ruidos y acciones, se convirtieron en notas, ritmo, contraste y armonía. Una obra maestra magnífica por su riqueza conceptual y por la frescura y autenticidad de sus ejecutantes, puesto que fue la primera vez en treinta años que se presentó con artesanos diferentes a los italianos para los que fue compuesta.

En medio de los desazones de la actualidad política nacional, vale la pena celebrar esta iniciativa que muestra la fuerza del arte como un lenguaje universal que une pueblos, identidades y culturas. Que grato resulta constatar una vez más cuan equivocados están aquellos que siguen pensando que la música clásica está reservada sólo para unos cuantos y que el público de a pie no tiene la sensibilidad suficiente.

La respuesta contundente y genuina la dio la multitud de asistentes que colmaron, sentados y de pie, todos los escenarios, mostrando su entusiasmo, su respeto, su atención, su respeto y su agradecimiento con aplausos y pedidos de bises realmente conmovedores. Una experiencia pertinente, oportuna y enriquecedora, que esperamos se repita todos los años. ¡Bravo!

domingo, 30 de octubre de 2011

La sociedad versus el poder (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-30/10/11)

Todos, menos el gobierno, coincidimos desde hace dos meses en que el conflicto generado por la carretera del TIPNIS iba a superar rápida y ampliamente su dimensión económica, ecológica, territorial y sectorial, para convertirse en un hecho político de profundo calado. Así fue, y esto probablemente se debió a que el presidente, el vicepresidente y todo el equipo político del gobierno leyeron mal el tema desde el inicio, e hicieron cálculos políticos equivocados, cuyos costos internos y externos recién comenzarán a pagar ahora.

Sin embargo, donde existen menos coincidencias es en la lectura y la interpretación de los efectos, luego de la claudicación del gobierno ante la potencia política de la marcha. Si bien ha quedado clarísimo que se trata de una tremenda derrota para el presidente y su gobierno, el desenlace puede ser interpretado de diferentes maneras, unas más bien antojadizas y otras incluso contradictorias. No han faltado, por supuesto, los que se han apresurado a vaticinar no solo la inminente caída del régimen, sino la pronta restauración de la república neoliberal, como si nada hubiera pasado en los últimos años en el país.

En realidad, lo que ocurrió fue que un par de organizaciones sociales, subestimadas por su poca fuerza numérica, le doblaron la mano al poder, y con ello demostraron no solamente su autonomía política frente al gobierno, pero también la vitalidad de la sociedad civil, y la vigencia plena del Proceso Constituyente. Fue la solvencia moral de las reivindicaciones, la lucidez de los dirigentes que lideraron la marcha y la adhesión legítima de una sociedad que, una vez más, dejó claramente establecido su rechazo al abuso de poder, lo que terminó arrodillando a todo el aparato de gobierno. Algo parecido ya había ocurrido con algunas organizaciones sociales de El Alto, luego del gasolinazo de finales del 2010.

Muchas veces dijimos también que, si existía alguna posibilidad de rectificación del rumbo de las cosas, esta radicaba en la capacidad de las organizaciones sociales de zafarse de las redes prebendales y clientelares del gobierno, y retomar su condición de movimientos sociales frente a los desvaríos y los despropósitos del gobierno. La plata, las pegas, los espacios de poder, las presiones, los chantajes y la imposición forzada de dirigentes, tenía a las organizaciones sociales en un estado de aletargamiento a partir del cual no se podía pensar en el indispensable desarrollo de nuevas formas de participación y control social.

Hoy tenemos al menos algunas razones para pensar que las organizaciones sociales, la sociedad organizada y lo que solemos llamar “la gente”, probablemente siguen respondiendo a las convicciones fundamentales que dieron origen al Proceso Constituyente, y que de alguna manera se tradujeron en la agenda de octubre y luego en el texto de la nueva Constitución Política del Estado.

Pese a que la integridad del Pacto por la Unidad puede estar todavía en discusión y pese a que las complejas relaciones entre el MAS y el tejido social está todavía en tensión y en incertidumbre, ciertos sectores han querido establecer en los hechos algo que se viene diciendo hace mucho tiempo: que éste no es el gobierno de los movimientos sociales, que Evo Morales fue una parte del proceso, que tuvo gran intuición política y supo colocarse al frente en el momento adecuado, que el MAS representa la conducción política circunstancial del proceso, que ambos, Evo y el MAS siempre fueron los más conservadores dentro del proceso, y que son el gobierno y el presidente los que han perdido la brújula y el camino que gran parte de este país se habían marcado como ruta crítica para construcción de un nuevo estado.

Tampoco debemos hacernos la ilusión de que estos remezones y llamados de atención darán lugar a reflexiones y rectificaciones dentro del gobierno. La ceguera y el espíritu inmediatista del gobierno no insinúan precisamente el deseo y la voluntad política necesarias para una verdadera reconducción, más allá, claro, del teatro político. Cualquier moderación ante el exceso o cualquier retroceso ante el error, tendrán que ser impuestos por la fuerza de la reacción de una sociedad, que no ha perdido sus cualidades de sensibilidad, madurez política y sentido común.

No debería pasar desapercibido para nadie el hecho de que la resolución de los problemas, sigue proviniendo de la sociedad, y no del poder o del sistema político. La sociedad ha dado muestras de buena salud, y esto es un bálsamo de optimismo que contrasta con las señales del gobierno estos últimos dos años. El régimen desilusiona, y la gente de a pie se encarga devolverle perspectiva a las cosas. El proceso de cambio corre desbocado por la autopista del poder, mientras el Proceso Constituyente busca, una y mil veces los intrincados caminos de la pluralidad.

No se confunda con romanticismo la retoma de consciencia, en medio de esta gran incertidumbre, de que estos procesos son de larga duración; que esto comenzó hace más de treinta años, y que probablemente tardemos muchos años más en construir lo deseado lo peleado y lo esbozado hasta ahora. Los escollos son nuevos y poderosos, pero para la gente, la agenda parece ser la misma.

jueves, 27 de octubre de 2011

Un final feliz, que no es feliz ni es final (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-27/10/11)

No podía terminar bien algo que comenzó tan mal, y fue manejado como algo peor. La cara y la actitud del presidente durante el acto de promulgación de la ley que establece que no habrá camino que atraviese el TIPNIS, lo dice todo.

Los políticos pueden poner la cara que quieren, en la circunstancia que fuere; esa es, lamentablemente, la gracia que los caracteriza. Y si no ponen la cara de circunstancia, esto quiere decir, o que no les da la gana, o bien que la circunstancia ha rebasado sus límites. La actitud de desdeño y la jeta que el presidente les puso a los TIPNIS y al país entero en el Palacio, podría entonces denotar soberbia, rencor, o pura rabia.

Si fuera rencor, éste se podría explicar a partir de su derrota política frente a la marcha de los indígenas, y al costo interno y externo que tendrá que pagar por no haber sabido medir ni manejar el asunto como se debía. Esa sería entonces la cara que habría querido ponerles, como advertencia y presagio de lo que les espera, después de haber tenido la osadía de desafiarlo.

Si se tratase de más soberbia, pues entonces sería eso mismo, pero con el aditamento de no haber aprendido nada a partir de lo ocurrido. Querría decir esto que las disculpas públicas y el gobernar obedeciendo, fueron nomás gestos obligados al calor de las papas. Querría decir que esta crisis política de magnitudes gigantes, no será aprovechada como un punto de inflexión y de reflexión, a partir del que deberían repensarse la dirección y los caminos hacia el futuro.

En caso de que aquella cara reflejara rabia incontenible e indisimulable, pues entonces podríamos pensar que el sentimiento del presidente responde a que el conflicto le ha tocado el lugar que más duele.

En todo caso, el presidente mostró la hilacha ante los ojos del país y del mundo entero. En sus casi seis años de gobierno y en circunstancias súper complicadas, nunca me pareció que el presidente perdiera la compostura a ese grado. En el caso del TIPNIS, el acto del Palacio fue el colofón de todo un episodio en que, francamente y con todo respeto, creo que le faltaron altura y grandeza.

Para los indígenas del TIPNIS, no importa mucho la sutileza de las caras. La actitud poco prudente, desconfiada y poco triunfalista que mostraron, da fe nuevamente de su experiencia y sabiduría; saben del carácter rencoroso y vengativo del presidente, y saben que, de una u otra manera, les va a sentar la mano; saben que más allá de los que se ponga en una ley o en un reglamento, cuando alguien te las tiene jurada y te quiere joder, no hay norma que lo impida.

Seguramente bajo el argumento de intangibilidad, comenzará una nueva estrategia de acoso que terminará señalando a los indígenas como depredadores, cuando saquen un pez de la laguna. ¿Querías que no se toque? Pues, bueno, ¡ni siquiera tú puedes tocarlo! Esa va a ser la tónica, que ya ha inaugurado la viceministra de Medio Ambiente, diciendo que revisarán inmediatamente los contratos de los indígenas con dos empresas madereras, para ver si responden a principio de intangibilidad. Con el mismo argumento, los indígenas pueden irse olvidando de recibir un solo centavo del estado en inversión pública.

Regresan a casa amenazados de muerte y frente a un futuro incierto que tendrán que bancarse solos, pues dentro de unas cuantas semanas, la mayoría de los solidarios citadinos, los auténticos y los oportunistas, habrá olvidado los avatares de los indígenas. Ese es el riesgo de enarbolar causas indígenas y ambientalistas, al calor de las emociones y las coyunturas. El riesgo para otros, quiero decir.

jueves, 20 de octubre de 2011

Una elección de perdedores (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-20/10/11)

Habrá que comenzar la evaluación de las elecciones judiciales diciendo que fueron un verdadero desperdicio democrático. Un desperdicio de plata, un desperdicio de energía ciudadana, y un desperdicio de vocación democrática. En todo caso ocurrieron, y confirmaron una vez más, esa nuestra obsesión por la democracia en toda circunstancia. Buena cosa.

Como estaba cantado, nadie supo nada acerca de los candidatos antes de la elecciones, nadie supo nada durante el acto electoral, y nadie sabe tampoco nada ahora. Nadie sabe quién cuernos ha sido elegido, y a nadie le importa saberlo, una vez confirmada la carga de ilegitimidad que llevan encima; ilegitimidad que viene de un proceso amañado en la selección congresal de los candidatos, de un órgano electoral (así, con minúsculas) herido en su credibilidad e imparcialidad, y de una cantidad de votos nulos que debería motivarlos a renunciar a sus cargos, antes siquiera de pensar en ser posesionados.

La lectura de los resultados debe ser entonces política y en clave plebiscitaria, pues ese fue el desafío de la oposición, a su vez aceptado por el gobierno. El partido oficialista recogió el guante y movilizó a sus bases y a todo su aparato para favorecer con el voto válido a sus candidatos, y perdió.

Si bien los votos nulos no llegaron al 50% más uno de los votos, fueron significativamente mayores a los votos válidos, y eso implica una derrota política. Sumar los votos blancos a los nulos y hablar de un 60% por ciento de rechazos, es ya un poco más relativo y discutible, en la medida en que es posible que las motivaciones del voto en blanco no hayan sido obligatoriamente las mismas del voto nulo.

Se confirma también, ésta vez en números, que La Paz es el nuevo bastión de la oposición al gobierno; pese a las voces que presagiaban un voto nulo del setenta u ochenta por ciento en Santa Cruz, nada de eso ocurrió, y fue La Paz el departamento que, con creces, registró la mayor cantidad de votos nulos. Ya ni eso podrán reivindicar los cruceños, en franca crisis existencial. En todo caso no es lo mismo tener en contra a La Paz que a Santa Cruz, y si el gobierno no se da cuenta de aquello, es que realmente están en la luna.

Pero lo más alarmante: la oposición festeja eufórica unos resultados que la han desahuciado otra vez. Vengo jorobando con los mismo hace meses, ese 45% por ciento tiene que repartírselo entre cinco o entre diez, mientras que el presidente, en su peor momento político y después de seis años de desgaste en el poder, ha conseguido el 40% de los votos (si vamos a leer los resultados de un lado con una perspectiva plebiscitaria, también hay que hacerlo del otro).

Esto quiere decir ni más ni menos, que en una eventual reelección, el presidente todavía está en condiciones de meterle una huasca, con la mano izquierda, a cualquiera de sus eventuales adversarios, ¡y con mucho margen! Otra lectura posible es que esta elección es la prueba empírica de que con un frente único, si se le puede ganar al poderoso Evo. Lo malo es que la conformación de un bloque unido de oposición no solo es prácticamente imposible, sino indeseable. Si los opositores están tan mal así separados, lamentablemente, juntos estarían mucho peor (lo de la bolsa de gatos quedaría corto para describir esa posibilidad).

Por eso no entiendo mucho el festejo. Yo, en el lugar de ellos, creo que estaría llorando.

domingo, 16 de octubre de 2011

Los excluidos del nuevo bloque de poder (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-16/10/11)

Los giros políticos y abandonos ideológicos del gobierno, provocan reacciones en la opinión pública y reacomodos en el posicionamiento político que, de alguna manera también reflejan altos grados de inconsistencia. Por momentos, se me ocurre estar viviendo en un mundo al revés, en el que se hace bien difícil discriminar las sensibilidades auténticas, con el oportunismo político, el racismo y los intereses de clase.

Es particularmente difícil, para todos, situarnos, encontrarnos y, menos aún dilucidar el rumbo y los nuevos escenarios que se plantean a futuro, en medio del durísimo momento de consolidación de poder que ejerce el régimen. La acumulación un tanto despiadada de poder hegemónico que ejerce el gobierno, la estamos sintiendo todos, sin lugar a dudas, unos cuantos para su bien, y otros muchos para mal. Partamos de allí: el nuevo bloque de poder se encuentra en su más brutal momento de afianzamiento, y en el medio de esa avalancha, la claridad de ideas es más esquiva que nunca.

Luego de las purgas internas, que parecen haberse resuelto en el abandono de los principios y valores que sostuvieron durante mucho tiempo el proceso, se han comenzado a expresar nuevas contradicciones internas en el aparato de poder. Después de que muchos se fueron, denunciando la traición ideológica perpetrada desde el minúsculo núcleo de toma de decisiones, después de que otros fueron desechados por los más aptos en la maniobra y en la operación política, seguramente otros tantos se han subido al barco, representando intereses y apoyos nuevos.

Como consecuencia y reflejo de aquello, estamos frente a una nueva conformación de bloques de poder en la sociedad, que se irá asentando con el tiempo, dibujándonos una realidad distinta, en la cual todos tendremos que encontrar nuestro lugar.

Más allá de los discursos, de las intenciones, de las posturas y de los resultados, y cuando se dan las condiciones históricas para que ocurran con contundencia, los proyectos de poder generan a la larga nuevas composiciones sociales y nuevas redes de poder, que acaban reconfigurando la realidad de todos.

Para intentar comprender algo más las confusas circunstancias actuales, puede ser saludable mirar un poco hacia atrás y fijarnos en lo ocurrido en la Revolución del 52; guardando las diferencias necesarias, en aquel momento la implacable arremetida de poder del MNR causó reacciones y desconciertos mayores en las oligarquías y castas de poder de la época. Esas minorías, al igual que las que pueden existir hoy, desplazadas de distintos lugares de privilegios, fueron los eternos odiadores a muerte de la cholada movimientista que vino a subvertir el cómodo orden establecido.

Ahora también hay una minoría que encubre su racismo y su decadencia en la adhesión a cualquier causa o coyuntura que sirva para debilitar al gobierno, y que no aceptará nunca la presencia indígena en el poder, incluso si el tiempo se encarga de demostrar que ese relevo de poder no contradice sus principios económicos y políticos.

También en ese entonces, las diferentes facciones, alas y desmembramientos del MNR reclamaban la reconducción de un proceso que abandonó sus banderas originales en la mitad del camino del poder. Muy poco quedó del ideario original de la revolución, pero si quedaron las poderosas burguesías burocráticas del partido en el poder, y las nuevas burguesías ahijadas en el oriente del país, proceso que me explica a mí y probablemente de alguna manera a usted también.

Ahora las clases medias tradicionales, sin distingo de nuestras ideologías o tendencias políticas, nos sentimos acorralados y amenazados, al constatar que hemos sido excluidos del nuevo bloque de poder. La cruda realidad nos muestra que los llamados de hoy, es decir los nuevos empoderados, son el nuevo aparato burocrático estatal, o las nuevas burguesías campesinas capitalistas, o las otras burguesías de comerciantes, y eso podría significar nuestro progresivo desplazamiento del sitio en el que hemos vivido.

Y por supuesto que esto jode, porque trasciende el color del gobierno, sus inconsistencias y también nuestra postura frente a ellas. Podemos ser progresistas desilusionados, conservadores envalentonados o racistas de pura cepa, y todos coincidiremos en la intuición de que no estamos invitados a esta fiesta

En ese incierto futuro, unos desaparecerán del mapa definitivamente, pero otros se adaptarán al nuevo esquema, de la mano de los nuevos actores. Insisto, bajo esta perspectiva, en realidad poco importa el rumbo ideológico del proceso, su eficiencia y sus resultados. La gran apuesta que la coyuntura económica le ha permitido hacer al régimen, tiene que ver con una movilidad social dirigida, que desconcierta y atemoriza a grandes sectores de la población. Y claro en el miedo y en el desconcierto, las reacciones no siempre son muy elegantes.

jueves, 13 de octubre de 2011

El factor Choquehuanca (Columna Bajo la Sombra del Olivo-PáginaSiete-13-10-11)

Pese a su bajo perfil político, la figura del Canciller David Choquehuanca no es poca cosa dentro del gobierno. Al parecer se trata de un hombre serio y mesurado, que maneja con holgura un Ministerio de Relaciones Exteriores especialmente complejo en esta coyuntura, considerando lo que significa la figura simbólica del presidente en el mundo (por lo menos lo que significaba hasta ahora), y las delicadas amistades que cultiva el gobierno con regímenes, medio proscritos por la comunidad internacional.

Pero al margen de sus labores ejecutivas, el Canciller tiene un fuerte peso político que, entre otros factores, al parecer se expresa en una relación de bastante respeto con el presidente, cosa que no ocurre con casi nadie más. Después de las purgas internas y de las varias disidencias registradas en los últimos dos años, muchos sostienen que los únicos dos núcleos de influencia que han sobrevivido al poder y al carácter del presidente, son precisamente el Canciller y el Vicepresidente.

Y más allá de eso, si no me equivoco, el Canciller representa también la tendencia indigenista dentro del proyecto, que viene atada a todo el discurso ideológico del vivir bien, del respeto a la Madre Tierra, y demás conceptos, que le han dado sustento al proceso constituyente y ahora al proyecto de poder del MAS.

Estamos hablando ni más ni menos que del supuesto delfín.

Por eso, yo me preguntaba hace casi un par de meses, cuando el tema del TIPNIS comenzaba a instalarse con ese horrible rostro, cómo iba a ser afectada su posición dentro del gobierno, cuanto se iba a desportillar la imagen del Canciller, y qué consecuencias políticas podría traer ese anunciado aporreo. La verdad, también pensaba que el olfato político del presidente iba a detectar el tamaño del peligro, y que él en persona se ocuparía de desactivarla apenas comenzó, pero claramente, me equivoqué.

En fin, pasó lo que pasó y, a no ser por las declaraciones que hizo después de su supuesto secuestro, Choquehuanca no ha marcado su posición política, al menos explícitamente. Y creo que debería, porque al final de cuentas, si algo ha quedado claro después de tanto despelote, es que el gobierno se hace pipí en todo lo que él encarna y representa. Probablemente lo usaron como carnada para buscarle motivos a la intervención, pero aunque no haya sido así, su derrota interna parece muy seria.

La renuncia fulminante de la Ministra de Defensa parecía ser una reacción política contundente, pues se trataba de un espacio de poder del canciller, y existían pocas posibilidades de que la renuncia se haya dado sin el visto bueno de Choquehuanca; luego vino una pequeña ola de renuncias, pero no el cisma que podría haberse producido.

¿La señal de la renuncia de la ministra fue suficiente? ¿A partir de allí, cómo lograron convencer al Canciller de que se quedara callado? ¿Se queda el Canciller por lealtad al presidente, o se queda por no darles gusto a sus adversarios internos? ¿Se ha resuelto con esto la balanza de poder entre García Linera y Choquehuanca? ¿Qué cintura y qué discurso le quedan al Canciller, después de ésta derrota?

Queda mucha tela por cortar, pero convengamos en que si Choquehuanca, en ese momento, golpeaba el tablero y daba un paso al costado (argumentos le sobraban), hubiera puesto al presidente, al MAS, al gobierno, a la oposición y a todo el país, patas arriba.

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Y usted? (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-06-10-11)

Si usted es parte de los que se refieren a la gran mayoría de los habitantes de este país como “unos indios de mierda”, pues debo decirle que su súbita adhesión a la causa de los indígenas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, es, lo menos que se puede decir, sospechosa.

Si usted era de los que apoyaba fervientemente en anteriores gobiernos las intervenciones policiales y militares a las marchas y bloqueos protagonizados por los movimientos sociales, argumentando que esa gentuza tenía bien merecido el palo y las balas, porque con esa actitud estaban atentando contra el progreso, el desarrollo y la libertad de otras personas, entonces su espanto e indignación ante la última intervención a la marcha, bien podría ser considerado un flagrante acto de hipocresía.

Si a usted, en su momento, le pareció una payasada la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra realizada en Cochabamba hace poco más de un año y medio, pues le cuento que los postulados allí planteados, son la base y el sustento de las demandas de los marchistas que ahora usted apoya con tanto ahínco.

Si usted también su burló de la posición de Evo Morales en la Cumbre del Clima de Cancún, señalándolo como el hazmerreír del mundo por haber denunciado que los acuerdos eran insuficientes e inadmisibles, y ahora enarbola las más radicales banderas del ecologismo, pues no le vendría mal una visita a su psiquiatra.

Si usted es el típico consumista acumulador que cree que todos los países de la periferia deberíamos apuntar a los mismos patrones de comportamiento suicida de los países del primer mundo, pues déjeme decirle: la pirueta con salto mortal que ha dado para situarse rápidamente en el campo del ecologismo, nos ha deslumbrado a todos.

Si usted, en su vida cotidiana, es de los que va dejando detrás suyo un reguero de desechos plásticos, se da duchas de media hora, tiene dos autos de gran cilindrada en su garaje, prende la chimenea cada dos por tres para impresionara a sus invitados, y ahora, al calor de la coyuntura, se muestra como un verde furibundo, pues lamento decirle que no sólo nos está engañando a todos, sino que se está engañando a usted mismo.

Si usted es una de esas damas copetudas del Comité Cívico Femenino cruceño, y coincide extrañamente en la misma vigilia con hipientas y zaparrastrosas activistas de izquierda, pues mínimamente debería preguntarse, qué diablos le está pasando.

Si usted es un terrateniente que en el pasado cercanísimo avasalló, esclavizó y reprimió a los indígenas, persiguió a miembros de ONG´s que defendían sus derechos, y ahora se moviliza públicamente en campañas solidarias con los habitantes del TINIS, pues bueno, usted no tiene salvación, pues es un cínico sinvergüenza.

Si usted es de los que siempre estuvo convencido de que detrás de todas las movilizaciones populares, están las manos ocultas del chavismo, del castrismo y de todos los demonios del Eje del Mal, ¿por qué se siente tan cómodo apoyando ésta marcha en particular?

Si usted, en definitiva, nunca reconoció los derechos alcanzados por los indígenas en la nueva Constitución Política del Estado, y se declaró siempre un crítico del proceso constituyente, pues entonces mi amigo, su solidaridad con la marcha devela un oportunismo político, que en el fondo no hará más que intoxicar las causas y la lucha de los afectados.