jueves, 22 de diciembre de 2011

La antesala de un año espantoso (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-22/12/11)

Hace tres años el gobierno de Evo Morales derrotó políticamente a la oposición regional, que hasta ese momento se autodenominaba orgullosamente “media luna”, insinuando con ese nombre su tinte separatista. Si bien los cuatro prefectos, en ese entonces, habían sido elegidos democráticamente, no tuvieron la capacidad para articular un bloque político mínimamente serio que pudiera constituirse en una alternativa de alcance nacional. No supieron medir los tiempos históricos y tampoco pudieron entender el proceso que vivía el país; en medio de esa ceguera, apostaron más bien por una conspiración suicida que pretendía una solución por el desastre.

Después de jugarse por unos referéndums autonómicos completamente forzados en términos constitucionales, intentaron prenderle fuego al país con la toma de instituciones, que teóricamente debía terminar con un reguero de sangre, violencia y muertes, que terminaría por tumbar al gobierno. El tiro les salió por la culata, y después de los excesos cometidos en Pando, la aventura terminó en una derrota histórica que abrió un nuevo capítulo del proceso constituyente.

A partir de allí, la querella política de fondo quedaba resuelta, con unos poderes regionales dispersos, debilitados y deslegitimados, incluso internamente. A partir de allí el MAS comenzaba a ganar espacios políticos en terrenos antes inexpugnables, lento pero seguro. Vistas así las cosas, desde la perspectiva del poder, a partir de allí todo era cuestión de tiempo.

Sin embargo, nada parece ser suficiente para aplacar el insaciable apetito de poder inmediato del gobierno. La suspensión del gobernador del Beni, preparada desde hace tiempo, abre una nueva arremetida que anuncia además la pronta destitución de su homólogo cruceño. Con esto, el gobierno terminará de farrearse su legitimidad democrática, en el entendido de que nadie tiene la menor duda de que, detrás de los procesos jurídicos, se encuentra la mano oscura del poder.

El resultado de esta enorme torpeza política será obviamente la victimización de todos los líderes regionales y políticos procesados, sin distingo de quienes pudieran ser responsables o culpables de flagrantes hechos de corrupción. Todos metidos en la misma bolsa con el rotulo de perseguidos políticos, más allá de las particularidades de cada caso. Moros y cristianos, justos y pecadores, mezclados en el fango del abuso de poder.

Este favor que en algún momento terminará con el indulto de más de un delincuente, es una muestra más de la rápida descomposición del gobierno en este año, y de la brutal reacción a partir del último revés sufrido con el TIPNIS. A partir del gasolinazo, el régimen perdió su invulnerabilidad, y hoy se defiende desde el llano, con una virulencia tremendamente ordinaria, que ya no repara en consecuencias.

Los errores cometidos, lejos de ser aprovechados para una introspección sana y una reconducción del proceso, han detonado un cierre de filas salvaje que se presenta como la antesala de un año con rasgos prematuramente preelectorales, marcados por la inminencia de referéndums revocatorios por doquier, en los que se ventilarán desde ahora las peleas intestinas del partido de gobierno, de cara a las próximas elecciones generales. Así de feo se viene el próximo año, por lo que le recomiendo que intente descansar y recargar las pilas al máximo en estas fiestas.

1 comentario:

  1. El espanto no es acerca de lo que le pasará al partido de gobierno, con referendos y de más parafernalia. No. Esa prelectura desagua fuera del tacho.

    El espanto tiene mas que ver con la democracia y la economía. Con el TIPNIS y la remoción de autoridades legalmente elegidas se consolida una actitud radical y avasalladora de la última trinchera que podía proteger a la sociedad: la CPE. Como se la han pasado por el arco del triunfo innumerables veces, y con los nuevos acólitos en el sistema judicial, no hay donde acudir.

    En cuanto a la economía, la elaboración del presupuesto general del Estado pinta con precisión la visión que tienen de este supremo rubro. Gasto por demás dispendioso, botarate y populista, no productivo, prebendalista, sin tino de desarrollo. Apuesta a las institucicones del orden y represivas por sobre la inversión productiva. Es decir, es una apuesta a seguir embadurnándonos la cara con la ilusión de una economía sana. Somos más extracto-dependientes. Manufacturamos cada vez menos y exportamos productos notradicionales en menores proporciones. Importamos cada vez más, mas bienes de consumo y alimentos. Las inversiones se quedan en las intenciones en su mayoría. Los grandes proyectos industriales no se perfilan. La economía informal que no aporta al erario crece con permisividad del estado.

    Por esto, el espanto es para los bolivianos en su conjunto. Las oportunidades históricas se desvanecen ocultas por un bosque de cocales.

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