jueves, 29 de diciembre de 2011

Garra (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-29/12/11)

Ser del Strongest es bien sacrificado, esa es la pura verdad. Tan cierto es esto, que este año tanto La Razón como Página Siete, dedicaron su inocentada del año al Tigre, con noticias casi idénticas, que decían que la Liga le estaría quitando el título a raíz de no sé qué irregularidades administrativas. Y es que no sería de extrañarse que algo así pudiera ocurrir; los estronguistas vivimos siempre así, en apreturas, nadando contra la corriente, esperando lo peor y haciendo lo mejor por amor a la camiseta. Es por eso que somos el equipo que mejor representa a la gente de éste país; somos en Bolivia ese equipo popular que existe en todos los países, que resume las desventuras y las eventuales glorias de la gente sana y humilde, es decir de los medio cagados de siempre.

Siempre nos han faltado centavos para llegar al peso; nos hemos pasado la vida (una vida larga, de más de cien años) haciéndole frente a la adversidad y haciendo esfuerzos supremos para estar siempre a la altura de nuestra historia y de nuestra hinchada. Tuvimos y tendremos buenas y malas rachas, así como las tiene la gente de a pie, y más allá de nuestros altos y nuestros bajos, somos un equipo esforzado y tenaz.

Y sin embargo tenemos un amor propio a prueba de fuego, pues estamos orgullosos de lo que somos; nos alegramos de todo corazón cuando obtenemos resultados, y no andamos al revés, vendiendo expectativas, porque no somos un club pretencioso y arribista. Por eso la gente nos tiene respeto y cariño, y el país se alegra cuando nos va bien. La garra estronguista no es un mito, ni menos aún un invento de marketing; es simplemente la valentía y el coraje de los desheredados para arañar y arrancarle al mundo las cosas con sacrificio; es la condición natural del pueblo trabajador y honesto, trasladada a la actitud deportiva de un equipo de fútbol.

Verdad es también que el camino de la dignidad y la entereza está plagado de sinsabores y que muchas veces la dirigencia no supo responderle a su gente; no sé ni me interesa saber de los entretelones y los dimes y diretes entre la ex y la actual dirigencia; sencillamente habrá que felicitar a todos, a jugadores, hinchada, dirigencia, entrenador y cuerpo técnico, por habernos dado la alegría del campeonato, y esperar que esta fórmula se pueda reproducir en la medida de lo posible. Siempre he pensado que jugando al fútbol no debemos ser mucho peores que los peruanos, ecuatorianos o chilenos, pero la calidad de nuestra dirigencia deportiva ha sido en general nefasta (basta ver la cantidad de ex políticos involucrados en el asunto); a ver si el recambio de élites le toca también un poco a nuestro fútbol (a aquellos que pueden cambiar de dirigencia, claro).

El año no podía terminar de mejor manera: la imagen del capitán Pablo Escobar levantando la Copa nos llena de orgullo y satisfacción, porque de verdad sentimos que lo merecíamos. Hoy somos campeones con la misma humildad con la que lo fuimos muchas veces, y con la que seguramente lo seremos muchas veces más: pisando tierra firme y sin aires de grandeza. Quiero compartir a través de ésta última columna del año estas lágrimas de emoción con mis amigos gualdinegros, los que están en el cielo, como mi padre que me enseñó a vivir la vida como estronguista, y los que están los domingos en la gradería, sufriendo y gozando las hazañas de nuestro querido Tigre.

2 comentarios:

  1. La realidad se desnuda con partidos contra el Santos de Brasil o U Católica de Chile. Despues quiero ver la pasíon en las letras-

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  2. La realidad es la camiseta rosada choli de mierda

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