jueves, 20 de septiembre de 2012

La delgada línea roja (Columna de Opinión Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-20/09/12)


Se ha hecho normal en estos tiempos escuchar conversaciones en las que se opina alegremente acerca del impacto de la hoja de coca y del narcotráfico en la economía del país. Mucha gente no tiene el menor reparo en afirmar, con énfasis y contundencia, que la situación económica que vive el país se debe exclusivamente a la plata del narco; los edificios, los autos, la gente en los restaurantes, todo es producto de la coca y la cocaína, y de allí a la temeridad de sostener que somos un narco estado, hay solo un pasito.
Para comprar esa aventurada tesis, tendríamos que constatar con datos aquella imagen que se ha instalado en el imaginario público, que de alguna manera retrata un país en el que la producción de coca se ha descontrolado demencialmente, en virtud a la condición de dirigente cocalero, que todavía ejerce el presidente Morales. Así de burda es la estampa que se maneja: el Evo le debe la silla a sus cocaleros, a cambio les ha dado piedra libre para cultivar coca y producir droga, y es por eso que hay tanta plata.
Obviamente hay mucho de ignorancia y de mala leche en ese tipo de posturas, que en el fondo intentan estigmatizar al gobierno y al presidente con el narcotráfico. No pretendo de ninguna manera minimizar el problema de droga ni mucho menos, pero, para ser honesto, las cifras desmienten esos extremos.
Es cierto que no tenemos por qué creerle al gobierno, porque lamentablemente han perdido la vergüenza a la hora de mentir; tampoco estamos en la obligación de creerle a ojos cerrados a la Oficina de Naciones Unidas Contra las Drogas y el Delito, pero curiosamente, las cifras presentadas en su último informe, coinciden con la información de los gringos, en sentido de que los cultivos de hoja de coca bajaron entre 2010 y 2011, entre un 12% y un 13%. Por tanto no hay tal descontrol en el cultivo, nos guste o no.
Por otro lado, estimaciones de diverso origen, establecen que el narcotráfico mueve anualmente un monto que podría estar entre los mil y mil quinientos millones de dólares, es decir una cifra que representa alrededor del 5% de nuestro PIB. ¿Alcanza esa relación para explicar que nuestra economía se mueve por el narco? Obviamente no.
Aunque suene extraño decirlo, parece que esa dudosa figura de autocontrol social, ha funcionado igual que la erradicación forzosa, o mejor, si consideramos que se han evitado atropellos y muertes.
Pero ojo, no se nos puede escapar en el análisis el hecho de que la mayor parte de la producción se va al mercado ilegal, que se produce mucho más droga con la misma cantidad de hojas debido a la innovación tecnológica en la transformación, que el hecho de ser un país de tránsito nos ha puesto en el mapa de los temibles carteles, y sobre todo que, la violencia derivada de la actividad de los narcos y anexos se ha incrementado enormemente, amenazando con cambiar de manera irreversible nuestra vida cotidiana. Si bien los montos de dinero que el narco mueve no sean tan estrafalarios como se dice, el negocio genera mucha liquidez, y eso sí que se puede percibir de manera preocupante.
El gobierno camina sobre una delgada línea en el tema coca-narcotráfico, midiendo, con paso de equilibrista, los esfuerzos exactos que le permitan administrar el asunto sin enfrentarse de lleno con sus bases de poder. Hasta el momento la fórmula parece que funciona, pero se trata de un juego extremadamente peligroso si se sigue subestimando la capacidad de infiltración de las mafias en nuestro tejido institucional y social.    

1 comentario:

  1. Menos mal que Y.F: no estudio contabilidad ni se dedica a ello.

    Que los cultivos hayan bajado un 12%, significa acaso que ya estan dentro de los parametros legales de 12 mil has. Por supuesto que no. Por tanto no estan en control.

    Ay! Sr Y.F. Ojala se apoye en algun economista o contable.... primero preguntese cuanto del PIB realmente maneja la gente de la calle y cuanto lo maneja el Estado. Entonces se dara cuenta que lo generado por el ciudadano de calle es realmente un fraccion pequeña del total del PIB. Con una artimetica simple se dara cuenta entonces que la realaciòn de esos US$ 1500 MM al PIB ciudadano no es una bicoca sino algo importante. Es este dinero que llega a transacciones ciudadanas, de compras, inversiones,gastos en materiales, consumo etc. Si hace la relaciòn de 1500 a unos 7000, se daran cuenta que la proporcion es importante y puede desfigurarla.

    Obviando sus destrezas de contable.. deberìa pensar en como la actividad del narcotrafico afecta a la ciudadania. Desde la inseguridad (secuestros, robos, asaltos, muertes), hasta el expendio de droga en escuelas, bares, compañias.

    Como el consumo cambia la ètica, moral, sicologìa, los valores, el comportamiento de quienes se ven afectados, lacerando directamente e indirectamente a quienes estàn allegados a el.

    Ademas la droga solivianta la corrupciòn de manera sistemica en la sociedad.

    Asi que si quiere medir el efecto del narcotrafico deberìa ver mas alli de los dolares; ademas de proporcionarlos con mayor criterio.
    Suerte la proxima vez.

    ResponderEliminar