martes, 8 de mayo de 2012

¡Referéndum para la Ley de Transporte, ya! (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-10/05/12)


Se equivoca olímpicamente quien piense que lo que está pasando es un enfrentamiento entre los transportistas y la alcaldía; el problema lo tenemos los ciudadanos con un sistema de transporte pésimo e insostenible, y con un gremio abusivo, prepotente, acostumbrado a pisotear nuestros derechos y nuestra calidad de vida cuatro veces al día. La alcaldía paceña simplemente está cumpliendo con su obligación y respondiendo a una demanda unánime, en procura de una solución estructural para el tema  del transporte público en nuestra ciudad.
Solamente el gobierno nacional, una vez más errado en su lectura, pensó que podía sacar algún provecho político de una situación que teóricamente iba a lastimar al municipio paceño, y apostó por apoyar a los transportistas instruyendo a la policía a que, con su ausencia, alentaran todos los atropellos posibles. Esa complicidad política con la delincuencia, el trago a raudales, y el patoterismo alevoso que siempre los ha caracterizado, nos regalaron imágenes inolvidables como las de la avenida Zavaleta, en la que los choferes impedían el paso de una ambulancia, pero minutos después abrían paso a un vehículo oficial.
¿Habrá pensado el ministro de gobierno que permitiendo el colapso de la ciudad, iba a amedrentar a los paceños, o que iba a politizar el asunto, victimizando a los transportistas y satanizando al municipio? Me pregunto, ¿Hace cuánto tiempo que la autoridad no se sube a un minibús? El tema para la inmensa mayoría de la gente de a pie no es político, pero sí es un asunto extremadamente serio que tiene que ver con el modelo de ciudad que aspiramos y merecemos. Aquí no hay lugar para la maniobra política ni para el discurso intrigante, por la sencilla razón de que todos conocemos el problema a fondo en la medida en que lo vemos de cerca y lo sufrimos todos los días.
No hace falta ser un experto para darse cuenta que las deficiencias en el servicio han llegado a un punto en el ningún tipo de parche o medida parcial serán suficientes para arreglar un problema que hasta ahora nadie se había atrevido a enfrentar seriamente. La única solución posible pasa por una profunda reestructuración del sistema de transporte, tránsito y vialidad, que contemple la planificación, la gestión y el control, desde el municipio.
La Ley Municipal de Transporte y Tránsito Urbano es el instrumento que finalmente ha tomado al toro por las astas, y que reúne las soluciones integrales para un nuevo pacto ciudadano; el problema es que los usuarios enfrentamos la impotencia de no poder expresar sanamente nuestro apoyo a dicha medida, por lo que es necesario que se convoque a un referéndum para ratificar o rechazar la iniciativa municipal.
Las manifestaciones de apoyo, aunque importantes y significativas, no serán suficientes para sostener en el tiempo la presión corporativa de los millonarios sindicatos del transporte, y el enfrentamiento entre civiles, extremo tan azuzado últimamente desde el poder, obviamente tampoco es la solución. Un tema tan trascendente debería ser dirimido a través del voto y la participación democrática de los interesados/afectados; no se trata de inventar nada: los mecanismos legales para un referéndum de este tipo existen, y si los transportistas tiene una mejor solución, incluso podríamos elegir entre la alternativa que ellos propongan y la ley en vigencia.
Estamos en un punto de inflexión en el que solamente podremos legitimar nuestra posición a través de la participación democrática; allí, en las urnas, veremos quién pesa más.         

2 comentarios:

  1. Otra lectura alternativa de otro fondo es la siguiente relativa a valores ciudadanos. Desde un quinquenio hemos estado presenciando la abolición de institucionalidades de manera progresiva desde el estado hasta estamentos más locales.

    Que los sectores sociales vean sus intereses por encima de la institución es un signo grave de fractura del débil tejido de la sociedad.

    Los transportistas constituyen uno de los gremios más desaforados de nuestro país. Se saben en control del resto de la sociedad; pues esta no tendría recursos como neutralizarlos.

    Pues bien, en otros lares la sociedad organizada se ha puesto las pilas y recurrido a ingeniosos y responsables actos. Por ejemplo, obedeciendo a principios de solidaridad aquellos que tienen vehículo y los manejan a diario comparten viajes con otros ciudadanos que van por las mismas direcciones, compartiendo también el costo del transporte.

    Otra opción viable es la de dar retroalimentación en coro dentro de los micros a los conductores, de manera respetuosa y educada. Cuando varios de los pasajeros dan el mismo mensaje, los conductores no tienen otra que escuchar.

    Las opciones requieren mayor esfuerzo del ciudadano, es cierto. Por ejemplo organizar un sistema de captura de identificación de los vehículos, hora del viaje, localización donde ocurrieron los desmanes, para que luego esta información pase tanto a transito como a la Alcaldía.

    Estoy seguro que si se abren portales para que la gente contribuya a dar soluciones, tendríamos muchísimas sugerencias que evaluar e implementar

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  2. ILLYA.

    Las demandas corporativas tomaron el control de las calles del Marchodromo Paceño.

    Desde siempre con todos los presidentes y gobiernos, maestros, choferes, Caja de Salud, la ex-poderosa COB, Universidad y COTEL fueron y son grupos fuertes sindicalizados que cada año cumplen su agenda de marchas y bloqueos en nuestra La Paz, esa forma de vivir y de protestar se volvió una (mala)costumbre bien paceña.

    Crees que con ir a las urnas estas marchas abusivas de los choferes volantes 1ro de mayo, van a desaparecer? me pareces demasiado ingenuo.

    En el caso del transporte la guerra la tenemos perdida, por que fuimos nosotros chukutas que creamos este mounstruo al aceptar el transporte "libre" en los años 80, pensando que seria la solucion al abuso de las huelgas de micreros, colectiveros y taxistas de la época, aceptamos pero no exigimos ninguna PLANIFICACION a la alcaldia o autoridades, ese montruo creció sin parar hasta devorar las calles de la ciudad-marchodromo y malcriar a los ciudadanos por que nos subimos y bajamos de una movilidad donde nos de la santa gana.

    Si no tenemos PLANIFICACION desde la alcaldia, es decir saber cuantos taxis, colectivos, micros, minibuses debe tener la ciudad.

    Ejemplo, hoy estoy viviendo transitoriamente en la ciudad de Curitiba-Brasil con una poblacion de un millon y medio de habitantes, por ley municipal tiene 1,200 taxis y otro numero exacto de buses tambien privado, no puede haber ni un taxi más y ni un bus más sin la autorización planificada del concejo municipal y se cumple.

    Por esta razón no creo que un simple Referemdum inicie siquiera una solución.

    Esito seria

    Atte. Gustavo.

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