lunes, 14 de mayo de 2012

El turno de Francia y Grecia (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-13/05/12)


Europa sigue crujiendo ante la crisis en un escenario cada vez más complejo. Los resultados electorales de la última semana en Francia y en Grecia, son las nuevas facturas políticas que la ciudadanía le está cobrando al brutal ajuste económico en marcha; hasta el año pasado, todos coincidían de alguna manera en que la crisis movía el péndulo electoral y cambiaba gobiernos, independientemente si eran de izquierdas o de derechas; ahora en cambio, parece ser el método de afrontar la crisis, es decir el ajuste de austeridad, el que determina resultados.
Queda claro en cualquier caso, que tanto la crisis como los intentos de resolverla, tienen obviamente efectos electorales, pero también consecuencias en la redefinición del mapa político de los países afectados. A estas alturas, ya nadie puede seguir pensando que se trata únicamente de una crisis financiera que se puede explicar y seguir a través de indicadores como las bolsas o las calificaciones de riesgo de deudas; el alcance de la crisis trasciende los ámbitos financieros y económicos.
El caso de las presidenciales francesas ha puesto en evidencia una importante presencia electoral de candidaturas más radicales en los extremos, tanto en la izquierda como en la derecha; la candidata del Frente Nacional Marine Le Pen (que obtuvo casi el 20% en la primera vuelta), atestó además el golpe de gracia al presidente Sarkozy, negándole su apoyo en la segunda vuelta y precipitando así su salida del escenario político, lo que ha sumido a la centro derecha en una profunda crisis; el resultado, un partido de extrema derecha como el referente actual más claro del conservadurismo.
La victoria del socialista Francios Hollande le complica la vida también a la señora Merkel, que pierde a su principal aliado en la Unión Europea, y que debe sentarse a negociar con un presidente francés que ganó la elección con la promesa del crecimiento en vez de la austeridad, y que intentará deshacerse de los compromisos y pactos presupuestarios impuestos por Berlín, una misión imposible que hará aterrizar rápidamente a la realidad al nuevo inquilino del Eliseo.
La fractura de la poderosa y decisiva dupla Merkel-Sarkozy, y la percepción de que es un absurdo seguir sosteniendo a una Grecia “que no quiere dejarse ayudar”, está haciéndoles perder la paciencia a los alemanes, un poco hartos ya de llevar el peso de la crisis sobre sus espaldas.
Esto porque las legislativas griegas también le pasaron factura al ajuste, con resultados aún más alarmantes; la izquierda radical, nutrida por el apoyo anti austeridad, terminó en segundo lugar imposibilitando cualquier posibilidad de una coalición de gobierno, al punto en que se habla ya de una convocatoria a nuevas elecciones. Pero la “sorpresa” estuvo firmada por el abrupto y significativo ascenso electoral de un partido neonazi, que alcanzó el cuarto lugar con más del 12% de los votos. El reflujo de fuerzas extremistas ya ha puesto en jaque al sistema político griego, y está empujando al abismo a un país quebrado, que seguramente no resistirá más juegos. Se abre con ello nuevamente la posibilidad de una salida del euro, que podría marcar el principio de una implosión hacia el sálvese quien pueda.
Pero a los efectos electorales y políticos de la crisis, sobrevendrán con seguridad las consecuencias sociales de una ciudadanía que todavía resiste aturdida el impacto de los recortes, en un clima de descontento y convulsión crecientes. El verdadero problema europeo vendrá cuando los maltrechos votantes asuman que sus virajes y corcoveos electorales afectan en poco o en nada el curso de la receta anticrisis. Independientemente del cambio de escenarios políticos, la cruda realidad se encargará de demostrarles que el ajuste estructural neoliberal dictaminado por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, no es un asunto al alcance de sus decisiones.
Además de padecer el desempleo, los recortes en salud y educación, el deterioro de la seguridad social y, en general, el derrumbe del estado del bienestar, tendrán que sufrir el desencanto de la traición de nuevos gobiernos que se erigen sobre postulados ideológicos y sucumben rápidamente ante los dictados del mercado y de la economía. Si la receta no funciona, tal como no funcionó en estas latitudes, pasarán de la euforia del optimismo a la desilusión una y otra vez.
De allí al desborde social hay sólo un paso. Cuando la precariedad aprieta en el cuello, cuando se pierde la perspectiva y la noción de futuro y cuando el sistema de representación política deja de dar respuestas, allí es cuando la energía social  se torna anti sistémica.
Allí es donde se empiezan a escribir cartas como la que se publica en el blog elhombrebizantino.wordpress.com; en ella el bloguero, después de levantarle la madre a Rajoy, termina deseándole que se encuentre lejos de la Moncloa, camino al exilio en Berlín, cuando la sociedad española se rebele, salga a la calle, tome los poderes públicos, disuelvan los partidos, cambie el sistema electoral y convoque a una Asamblea Constituyente, porque si no es así, le advierte que la va a ir mal, pero muy mal.

1 comentario:

  1. ¡Felicidades Ilya!

    Wari Kasaya Kalakataya.
    The Strongest Campeón.

    Un Bolivarista al borde del suicidio.

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