domingo, 19 de febrero de 2012

Unos van mientras otros vienen (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-19/02/12)

Los paceños estamos acostumbrados a ser el epicentro político del país, y tenemos muchas razones para reivindicar aquello; de una u otra manera, ha sido en occidente y en particular en La Paz donde se han generado las tendencias, los movimientos y los hechos políticos más significativos de la historia contemporánea. Lo que a veces no sabemos hacer muy bien es sopesar los efectos de lo que acá se cocina, en el resto del país.

Digo esto porque creo que ahora mismo, no estamos sabiendo comprender a cabalidad el fenómeno de dislocación y traslación de lógicas que atraviesa el régimen del MAS en las percepciones que se tienen de él, en el oriente del país. Seguimos mirándonos el ombligo, y desde esa perspectiva nuestra visión tiende a confirmarnos cada día, que estamos frente a un gobierno que se debilita progresivamente y a un ritmo muy veloz, porque percibimos muy de cerca el desencanto de importantes sectores de la sociedad en relación a las expectativas que se habían generado en torno al gobierno de Evo Morales.

Lo que no vemos y no sentimos, es que en el otro lado del país y sobre todo en Santa Cruz como núcleo irradiante de lo que allá ocurre, las cosas vienen en sentido contrario. Lo que acá es desencanto, allá podría ser desengaño, en una relación inversamente proporcional; desengaño entendido como la constatación de que lo que se les dijo que sería el gobierno del MAS, no fue tal.

Los comunistas del Kollasuyo no llegaron a comerse a sus guaguas y tampoco llegaron ni a la esquina los postulados básicos del Proceso Constituyente, que apuntaba a una nueva estatalidad y una transformación social. Por el contrario, grata fue la sorpresa de un gobierno muy feroz en el discurso revolucionario, al igual que muy dispuesto a profundizar y a abonar las bases de un sistema capitalista, incluso más salvaje que el que pregonaban sus predecesores.

Es cierto que sufrieron una tremenda derrota política, pero que fue rápidamente subsanada por la realidad económica; es más, no faltan los cruceños que sostienen que la derrota les sirvió para librarse de ciertas élites, que poco o nada los representaban. Los que quedaron en pie después de la paliza y la consiguiente correteada, fueron recompensados con un buen lugar en el campo económico, eso sí, sin la chance de recuperar los espacios políticos perdidos.

Ya desde hace mucho tiempo se decía con insistencia que los poderes económicos cruceños habían transado con el gobierno, pero la confirmación fáctica se evidenció con la asistencia institucional masiva a la cumbre social del gobierno; la alfombra roja vio pasar nada menos que la ANAPO, FEGASACRUZ, CAO, Cámara de Hidrocarburos, UAGRAM, Federación de Arroceros y todas las otras Cámaras que usted pueda imaginar. Los cívicos siguen deambulando por ahí, pero con el pequeño inconveniente de que ya nadie les quiere dar plata para enfrentarse al gobierno; y en cuanto al gobernador y al alcalde, parece que es conveniente dejarlos vivir por el momento, en la medida que no constituyen una amenaza política real.

Eso en cuanto a la institucionalidad. En relación a la gente, las clases medias emergentes o nuevas burguesías, se encuentran más que satisfechas con la salud y el rumbo de la economía y las clases medias tradicionales, donde abundan ejecutivos y empresarios independientes, están también muy en la suya. Donde todavía se sienten cicatrices es en ciertos sectores de clase media alta, que han sufrido o sentido de cerca los embistes del régimen; pero nada tan grave que no se pueda resolver a la larga con más plata.

En suma, Santa Cruz ha bajado los decibeles de beligerancia contra el gobierno significativamente. No diremos que han empuñado las banderas del MAS, pero el silencio permisivo de una gruesa parte de la población, permiten afirmar que la región ha olvidado nuevamente la política, para navegar cómodamente en las aguas de la economía.

El modelito neoliberal recargado, en el que prevalecen el circulante, el gasto y el consumo, parece haberle calzado muy bien a la idiosincrasia oriental; en todo caso mucho mejor que al occidente, donde probablemente se concentra una mayor masa de asalariados, que no han podido disfrutar del festín del derroche, y donde el compromiso político con el proceso era diferente.

Más allá de las reacciones en un caso como el TIPNIS, que es transversal a todo el país, y que podría tener consecuencias políticas insospechadas, los contrastes entre la asimilación del régimen entre oriente y occidente son notables. Acá percibimos un gobierno en bajada, y allá la percepción es la de un gobierno cada más fuerte y asentado.

Esta paradoja, que habíamos anunciado ya hace mucho tiempo atrás, proyecta curiosos escenarios políticos a futuro, en los que probablemente la base electoral del presidente Morales se traslade al oriente, con lo que cual MAS habrá terminado de reproducir, ésta vez en tiempos más acelerados, el mismo proceso experimentado por el MNR.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, decía el gran Rubén Blades.

1 comentario:

  1. mi querido ilya:

    completamente de acuerdo con el diagnóstico en cuanto a la alianza actual entre el empresariado del oriente y el gobierno. el encame es total. las evidencias son contundentes.

    ahora bien, esta connivencia entre poder económico y poder político es totalmente saludable para el país en su conjunto. es natural que esto se de y nos hace bien a todos. sin embargo, pone en evidencia que el mas en su segunda gestión ya no tiene nada que ver con lo que fue durante la primera. agotada la agenda de octubre, es la economía el nuevo norte del poder. porque, claro, busca su reelección en 2014.

    amén de las coincidencias, y con la fraternidad que nos une, me permito el siguiente comentario: lo que está pasando en santa cruz es mucho más profundo y rico de lo que refleja la nota; todavía es muy colla la mirada.

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