domingo, 12 de junio de 2011

El modelito Evo (Artículo Suplemento Ideas-Página Siete-12/06/11)

Así de apasionante es la política boliviana. Hace seis meses, más o menos todos estábamos también más o menos convencidos de que había que hacerse a la idea nomás de un régimen masista por un largo tiempo (veinte años es el número que aflora siempre, de manera casi instintiva). Evo Morales cumplía el primer año de su segundo mandato, y si bien ya tenía los mismos problemas que hoy lo aquejan, éstos todavía no se notaban tan groseramente a ojos de la población. El gobierno en pleno se ocupaba de sentar las bases políticas que garantizaran su permanencia ad eternum, ajenos a las preocupaciones propias de la gestión. Una suerte de pasiva resignación se sentía entonces, incluso en los más furiosos odiadores del gobierno.

En esa aburrida atmósfera de consolidación de hegemonía llegó, así, de la nada, el sorpresivo combo gasolinazo/reculazo, y aparentemente, todo cambió. El mundillo de los analistas exclamó al unísono que el 26 de diciembre era un punto de inflexión para el gobierno y el presidente, y que nada sería igual de allí en adelante. Era el mismo gobierno, a través de uno de sus acostumbrados autogoles, el que había logrado lo que toda la oposición congresal, regional e “internacional”, no había conseguido en cinco años: generar una crisis que afectara la imagen del presidente, que mostrara los límites de poder del gobierno, que afectara los bolsillos de los más necesitados, que amenazara de muerte a las clases medias, y que dañara severamente la relación del gobierno con las organizaciones sociales, originando un nuevo alineamiento de fuerzas.

Así comenzamos el año, con un giro en los eventos que viene causando gran confusión y desacierto en los actores y espectadores de la política. El primer reflejo, errado y torpe, fue pensar que el gobierno estaba herido de muerte y que su caída era inminente; en los cafés de la zona sur (allí donde algunos creen que hacen política), muchos ojos volvieron a brillar; convencidos de que le había llegado la hora al régimen, los nostálgicos corrieron al armario a planchar el ternito; los buitres de la política, que nunca pudieron cazar a su presa por cuenta propia, creyeron que podían empezar a comérsela, aún viva.

Ésta reacción, parasitaria y antojadiza, no tiene otro efecto que el de reafirmar la base dura del evismo, que puede haber sido muy crítica en determinado momento al gasolinazo y a sus efectos económicos, pero que ante la sola idea del retorno de los zombis para comerse a Evo, han vuelto a cerrar filas en torno al jefe, haga lo que haga. Algunos siguen creyendo erróneamente, que la caída en la popularidad de Evo desde diciembre es sostenida e irreversible, y que esto resultará en una derrota electoral del masismo, dentro de tres años.

Todos los ilusos coinciden de alguna manera en que la subida de precios, las permanentes metidas de pata, la falta de gestión, la ausencia de resultados de las mega intenciones del gobierno, y la horrible persecución judicial contra los adversarios y disidentes, tendrán efectos inexorables en el terreno electoral, y que por lo tanto toca ya pensar en un futuro inmediato sin Evo y sin el MAS.

Lo malo (o lo bueno, según se quiera) es que la política es mucho más complicada de lo que parece, y no siempre responde a las aparentemente evidentes, causas y efectos. Uno más uno, sobre todo en épocas de cambio, convulsión y conmoción, no necesariamente son dos. En este caso, por ejemplo, creo que por mucho que las causas señaladas sean reales y válidas, los efectos no serán obligatoriamente los obvios. Personalmente, creo que hay otros factores, determinantes para el rumbo de las cosas los próximos ocho años.

Me referiré esta vez, únicamente al que me parece más importante: El “modelito Evo” de la economía. El modelito Evo es este en el que la plata fluye a raudales en la calle, causando la impresión de que la economía está en un crecimiento efervescente; es ese en el que se suman los excedentes del gas convertidos en demanda agregada (bonos), las platas semi clandestinas de la evasión tributaria y el contrabando, el lavado de dólares, la novedosa y dinámica movilidad social, y hacen parecer que la cosa avanza y funciona muy bien. Es un poco también la inclusión de cientos de miles de bolivianos a las clases medias, y su entusiasta inscripción al mercado y a los hábitos de consumo; en suma, mucha plata, poco crecimiento, nada de desarrollo, pero mucha plata al fin.

Para mantener ese tren, se necesita cada vez más plata, y así mantener el fuego encendido. A falta de grandes inversiones y emprendimientos, el gobierno ya tiene claro de dónde sacarán plata para seguir inyectándola en el mercado, claro está, los dos últimos años antes de las elecciones: van a romper el chanchito de las reservas internacionales, y con una partecita de esos recursos, les sobrará para mantener la sensación de bonanza.

Mientras la plata corra y sigamos sintiendo, como nunca antes, sus efectos encantadores e hipnotizantes, Evo y el MAS tendrán ganada de antemano cualquier elección. Y la verdad, no veo ninguna razón de orden interno que me diga que esto va a parar; tendría que ocurrir algo extremadamente grave en el contexto internacional para que los precios de los hidrocarburos bajen, o se derrumbe la demanda de materias primas de los países emergentes. En esas condiciones de embriaguez monetaria, Evo, Choquehuanca, o quienquiera que reciba el dedazo, puede propinarle una paliza a cualquier adversario, sobre todo a los que no han entendido por dónde va la mano.

Claro, existen también otros factores, que tienen que ver con la revolución política en marcha, pero de eso hablaremos en la próxima.

3 comentarios:

  1. No acabo de creerlo... es el mismo escribidor de hace tres anios que alababa todo lo que hacia Evo? para Ripley, como qué...algunos rojos tambien hacen consciencia

    Giorgio MAMANI

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  2. Distinguido Ilia Fortun, espero minuto a minuto que se publique lo que brillantemente escribes. Tu dominio del idioma, sentido comun genial, conocimiento politico-economico envidiable, estilo inigualable y comunicacion fuera de serie, hacen que leerte sea una eyaculacion mental de proporciones biblicas. Tocas temas tan importantes y los analizas espectacularmente, que lo que escriben la mayoria, por no decir casi todos los comunicadores, politologos y columnistas, simplemente da asco y repugnancia leerlos. No seras el mejor, pero no hay mejores que vos. Mis mas sinceras felicitaciones por tener ese arte de escribir y expresar tus ideas, que simplemente te deja atonito.
    Aquiles Castro, Berlin, Alemania

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  3. Concuerdo con el alemán....Ilya es extranjero del "mundillo" de analistas. Se autoexilió.
    A pesar de ser tan compleja la situación política , como arguye, eso no le priva de hacer predicciones. Contradictorio, no? O no es tan complicada, o Ilya se pone por encima del mundillo de analistas, será un cosmovisionario o alucinador?

    La falacía terminal de su argumento radica en que la plata corre por las calles del pueblo. Realmente Ilya no tiene ni consciencia ni contacto con el 60% de la población que se debate en la extrema y clasica pobreza.

    A este gran segmento de la población los bonos son de ayuda pero no han transformado su situación ni de salud, de condición de vida, de vivienda, de educacion, peor de perspectiva de bienestar y progreso. Si, ha comprado su voto hasta ahora, seguramente en esperanza de poder salir de la superviviencia a la vivencia.

    El dinero si ha llegado a raudales a al Tesoro y ende a la cupula, a las nuevas élites encaramadas en el aparato publico. Eso la gente lo ve, lo nota y anota. Sabe de los aviones, los cazas chinos, los satelites, los autos de lujo de los funcionarios, sus viajes y farras.

    No señor Licenciado Fortún,la plata no fluye a raudales por las calles. La gente la ve fluir lejos de su alcance y de su beneficio. Ahi radica la obvia, falaz, y miope aseveración de su hipotesis.

    Saludos para Ilya allí en el solitario espacio que excluye al mundillo de los analistas. Debe estar muy solo allí.

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