jueves, 3 de diciembre de 2015

Esta elección no es contra Evo Morales (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-03/12/15)

Aunque el gobierno patalee, en un tono de amargura y desesperación
que hasta ahora no conocíamos, y grite a los cuatro vientos que la campaña
por el NO a la reelección no tiene motivaciones ciudadanas, está claro que
hasta el momento así nomás es, aunque esto les amargue la vida.
El ciudadano de a pie se ha lanzado con gran entusiasmo a opinar y a expresar
su desacuerdo con la reelección, en todos los espacios posibles, en público y
en privado, con amigos y con extraños, mostrando, como primer dato
revelador, que ha perdido el miedo a decir lo que piensa y, sobre todo, que
también está dispuesto a perder el miedo inducido por la propaganda oficial,
que dice que después del Evo vendrá el fin del mundo.
El ciudadano le hace frente a la campaña del miedo porque sencillamente es
mucho más maduro y consciente de lo que cree el gobierno, y porque pensar
de otro modo sería admitir que somos un país de babosos que piensa que todo
lo bueno y lo malo que ha pasado estos diez años ha sido por obra y gracia de
una pareja de iluminados (el sol y la luna), y que nosotros, los ciudadanos, no
hemos tenido nada que ver en eso. Un absurdo, ¿verdad?
La campaña a favor del NO ha comenzado ya, sin necesidad de calendario
electoral oficial, sin financiamiento publicitario, sin equipos de campaña, sin
encuestas, sin asesores, sin estrategas, y claro, sin la venia del poder.
Será una campaña desigual porque la gente tendrá que enfrentar a pata pelada
al gigantesco aparato burocrático y comunicacional del gobierno, y por si fuera
esto poco, tendrá que enfrentar la opinión amañada de los medios
paraestatales, que fueron en realidad comprados para ser usados
precisamente en estos momentos decisivos.
Y por eso mismo será una campaña hermosa, en la que podremos
demostrarnos a nosotros y al mundo entero, que cuando se defiende lo justo, la
voz de una persona de a pie, vale lo mismo y aún más, que mil spots de
televisión.
En estas elecciones vamos a constatar algo que la vida nos ha enseñado a
todos: que no todo se puede comprar con dinero (peor aún con dinero ajeno,
en esta caso del estado), y que todos los recursos del mundo, cuando son
puestos al servicio de la amenaza, del miedo y de la confrontación, no son
suficientes para vencer a la gente.
Eso funciona, sin lugar a dudas, cuando la contienda es entre pol íticos, pero no
cuando al otro lado se encuentra la ciudadanía, convencida y sostenida por el
poder de la razón, de la verdad y del sentido común.
Justamente por todo esto, perturban aquellas posiciones, sobre todo en las
redes sociales, cargadas de bronca y de insultos a Evo Morales, peor aun
cuando están teñidas de racismo.
Ese es un gran error y es hacerle el juego al gobierno, pues esta campaña no
es contra Evo Morales. A pesar de que el gobierno quiere y necesita que esta
campaña sea en contra de alguien, debemos entender que acá no está en
discusión la figura del presidente, y tampoco se trata de una elección en la que
se estarán juzgando ni los errores ni los aciertos del gobierno.
Esta es una elección en la que simple y llanamente (nunca mejor dicho), se
está tomando posición en torno a una reforma constitucional que pretende
favorecer a dos personas que ya han sido reelegidas de manera engañosa.
Es una elección en la que podremos decir que nos importa mucho que las
reglas de juego se respeten en democracia, y que no estamos de acuerdo en
que los poderosos de turno tuerzan las leyes para entornillarse al poder de
manera indefinida.
Y es por eso que mucha, pero muchísima gente que simpatiza con Evo y que
aprueba su gobierno, votará por el NO.

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