jueves, 3 de septiembre de 2015

La democracia en entredicho (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-03/09/15)

Entre chiste y chiste, el gobierno de Evo Morales se está farreando nuestro principal activo colectivo, que no es otro que la mismísima democracia.
Hablo por supuesto, de la democracia que tanta sangre y sacrificio costó recuperar y de la democracia que todos hemos construido con enorme esfuerzo durante los últimos treinta y tres años.
Esa democracia imperfecta, posible gracias a pactos unas veces virtuosos y otra veces odiosos, insuficiente pero perfectible a través de reformas y mejoras acordadas entre adversarios, inestable pero siempre capaz de responder con grandeza en momentos extremos.
Esa democracia fruto de la madurez histórica de un país determinado, casi obsesivamente, a superar la barbarie política, y a apostarlo todo por un sistema que permita la coexistencia civilizada entre quienes entienden el mundo de manera distinta e incluso diametralmente opuesta.
Esa democracia, aporreada, malquerida y subestimada, pero invalorable al fin, hoy se encuentra secuestrada por unos circunstanciales todopoderosos, que parecen haberse auto convencido que nuestra democracia es un mero instrumento de su proyecto de poder.
El temple autoritario del presidente, de su partido y de las patotas corporativas que un día fueron organizaciones sociales, se halla en franca escalada; sin ir muy lejos, en la última semana, se han producido una serie de hechos que confirman nuestra preocupación.
Una ministra de comunicación que confunde el hemiciclo parlamentario con un potrero y que, amparada en los dos tercios de la bancada de su partido, le falta al respeto a la figura interpelatoria y pisotea la tradición parlamentaria. Francamente, no habíamos visto una escena de tanta grosería, provocación e ignorancia, desde la época de los militares.
Otra ministra que tarda seis meses en renunciar pese a las monumentales evidencias de mega corrupción en un Fondo Indígena que operaba como caja negra del gobierno, bajo su responsabilidad institucional. Como si nada pasara, el presidente la felicita, hace borrón y cuenta nueva creando otro fondo, e instruye procesar judicialmente, ¡solamente a los dirigentes disidentes!
Otro gerente de una empresa estatal que, de la mano de la Procuraduría, utilizan a un tribunal de justicia para doblarle el brazo a la ciudad de La Paz ejecutando por la fuerza, sobre toda norma y sentido común, la línea blanca del teleférico. Todo eso, amparados en un convenio trucho que nunca fue ratificado por el Concejo Municipal.
Y todos juntos, con el Evo a la cabeza, imponiendo ya oficialmente el manoseo de la Constitución para la reelección vitalicia, olvidando cínicamente que la prohibición de la reelección fue parte de un compromiso de una Asamblea Constituyente, es decir la instancia más alta y solemne de una democracia, y no de un simple apretón de manos entre amigotes, alrededor de una mesa de café.
Un compromiso ante el país y ante el mundo que emanó de la Constituyente y que fue refrendado por el Congreso, por las regiones y por infinidad de instituciones, bajo la observación de la comunidad internacional, que ya fue violado una vez mediante una argucia del más bajo nivel.
Toda una colección de atropellos democráticos de distinto calibre, en el lapso de una semana. Como verán, sobran los motivos de preocupación.

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