jueves, 16 de julio de 2015

Lo último (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-16/07/15)

El tweet de Erbol con el hashtag #Lo Último decía: Ministra Paco dice que una cancha en Potosí es un hospital preventivo y recuerda la frase “mente sana en cuerpo sano”. En el caso del tweet, Lo Último se refería a la novedad de la noticia; en mi caso, el sentido que le encuentro, es que se trata ya de lo último de lo último en materia de idiotez oficialista. Con esta última ocurrencia, la ministra del eterno chapeau ha creído resolver el tema más terrible que sufre el país, y en el que el gobierno de Evo Morales se ha aplazado sistemáticamente desde el día uno: la salud pública. Lejos de mostrar un mínimo de sensibilidad (no digamos ya política sino humana) ante un asunto que reduce a la miseria la calidad de vida de la inmensa mayoría de los bolivianos, la ministra recurre a un ingenio increíblemente vulgar, para sumar argumentos en sus chasconeos con los cívicos potosinos. Al decir una barbaridad de ese calibre, seguramente no pensó que cuando el boliviano de a pie, el que no puede pagarse clínicas privadas ni tratamientos en el exterior, cae enfermo con algo grave, el mundo se le cae a pedazos. Ante la espantosa evidencia de que el estado no puede ocuparse ni responder por la salud y por la vida de sus hijos, al ciudadano de a pie seguramente se le desmoronan las imágenes grandilocuentes de satélites, plantas nucleares y aviones privados. Y sugerir siquiera entonces, en cualquier contexto, que una canchita es parte de la solución al estado calamitoso de la salud publica boliviana, es un insulto inadmisible que muestra la ligereza y el atrevido desprecio de esta autoridad hacia la ciudadanía. ¿Cómo se supone que debemos reaccionar ante una afrenta de este tipo? ¿Debemos seguirle la corriente de razonamiento a la madame del chapeau, a ver dónde nos lleva? ¿Se supone que debemos festejar la construcciones de cientos de “hospitales preventivos”, allí donde aterriza Evo todos los días en su interminable campaña electoral? ¿Debemos suponer que si una canchita es un hospital, entonces un estadio como El Batán en Cochabamba equivale a un mega complejo hospitalario? ¡Por favor, habrá que decir, ya no hagan más hospitales! Ya tenemos muchos, demasiados, y con todo lo que están previniendo, ¡podemos bajar incluso el porcentaje de asignación de salud en el presupuesto, y así terminar de demostrar que ese cura Mateo estaba hablando huevadas! ¿No ven que el Evo está sanito porque juega todos los días un partido en los hospitales preventivos que inaugura, y eso le ha servido para prevenir cualquier enfermedad? ¿O será nomás que su excelencia goza del inmenso privilegio de tener a un equipo de médicos cubanos que lo acompaña 24 horas al día, controlándole la dieta, las horas de sueño y la presión arterial? Y es que claro, cuando se goza desenfrenadamente de las mieles del poder, es bien fácil decir cualquier cosa para ganar una discusión, sin importar si eso tiene que ver algo con la realidad; al final de cuentas, ¡la realidad es pues para los de a pie, y no para los jerarcas! Parece que desde situación privilegiada no se dan cuenta que el país les pedirá cuentas en el futuro por haber desperdiciado la década de las materias primar, habiendo hecho prácticamente nada para cambiar los males estructurales del sector salud. En cualquier gobierno serio, una barrabasada como la que se mandó la ministra, le hubiera costado la cabeza, con chapeau y todo.

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