miércoles, 8 de febrero de 2017

#monumentoal21F (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-09/02/17)

A Donald Trump no pudieron pararlo en Estados Unidos ni los demócratas, ni los republicanos, ni los medios, ni Wall Street, ni todo el establishment político más poderoso del mundo. Arrasó con todo y asumió la presidencia de su país, seguro y confiado en que no tendría rival por delante.

Pero esa certeza le duró apenas unas horas. Al día siguiente millones de ciudadanos de a pie salieron a las calles a manifestarle su rechazo; fueron las movilizaciones ciudadanas más grandes de la historia de Estados Unidos. Solamente en Washington D.C., salieron a protestar un millón de personas.

Las medidas antimigratorias del peligroso personaje de pelo amarillo, tuvieron también la respuesta de la ciudadanía, que se convirtió rápidamente en su principal rival político.

A Evo Morales también le ganamos los ciudadanos, y no una, sino tres veces: en la elección de magistrados, en el referéndum de aprobación de estatutos autonómicos, y, claro, en el glorioso 21F de hace un año atrás. A los débiles y cansados partidos políticos del pasado, él siempre les ganó.

Por eso el gobierno nos tiene terror, por eso mienten desesperadamente diciendo que nuestras movilizaciones son el camuflaje de los políticos, por eso se están meando de miedo por nuestra iniciativa de festejar el 21F con manifestaciones en todo el país y por eso nos quieren amedrentar y amenazar con contramarchas y acarreos de amarrahuatos a sueldo.

Pero no han podido meternos miedo, porque les hemos demostrado una y otra vez que a nosotros los ciudadanos no nos saben enfrentar, porque no pueden chantajearnos ni acusarnos de todas las cosas que acusan a la oposición política. Con nosotros no pueden, y por eso les hemos ganado siempre.

No nos han amilanado con sus amenazas, porque tenemos la convicción de que iremos todos a concentrarnos en paz, en son de festejo y solidaridad, porque no responderemos a ninguna provocación y porque no les daremos el gusto de llevarnos al fango de la confrontación, en el que ellos viven, se revuelcan y se reproducen.

No nos han desanimado de ir, porque sabemos que si cometieran la criminal estupidez de agredirnos en una fiesta pacífica, se evidenciarían como un gobierno ya fatalmente podrido, en las últimas y a punto de caerse. Así que están jodidos otra vez frente a los ciudadanos; hagan lo que hagan, van a perder otra vez.

Para que la cosa salga más linda aún, se me ocurre que podríamos construir algo juntos allá donde estemos convocados, y que eso que construyamos, quede como una constancia de nuestro esfuerzo colectivo y casi como un pequeño monumento al 21F.

Podríamos llevar cada uno una cajita que simbolice una urna y nuestro voto y, con todas las cajas, ir armando a medida que la gente llegue, un gran cubo: la urna de todos, la urna con la que les ganamos y con la que les volveremos a ganar.

Con la ayuda de unas cuantas brochas y algo de carpicola, podríamos ir armando con cada cajita de cada ciudadano, como si se tratara de un cubo Rubik, una gran urna que quedaría como nuestra expresión artística, en defensa de nuestro voto, de nuestra voz y de nuestra democracia.

Solamente tendrías que hacer el esfuerzo de buscar una cajita de zapatos en tu casa, o comprar una en una librería de camino a la concentración, o pedir que te regalen una en el supermercado. El resto lo haríamos juntos en la plaza.

Si te parece que es una buena idea y que es posible que podamos hacerla funcionar entre todos, comparte esta columna y echemos a andar este entretenido #monumentoal21F. Sino, igual espero que nos veamos en la plaza.

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