jueves, 24 de marzo de 2016

El camino más largo y más difícil (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-24/0316)

Qué pena, pero los malos pronósticos políticos siempre se cumplen con este gobierno. Habíamos dicho que iban a enloquecer aún más después de la derrota del referéndum, y así está ocurriendo (ojo, no hablo en plural por un desorden de personalidad o por esos desmedidos egocentrismos que algunos revelan cuando se refieren a sí mismos en plural, sino que me refiero a mí y a mi mujer, que goza de un instinto político que muchos políticos profesionales envidiarían).
La derrota sufrida el 21F es muy seria porque, electoralmente hablando, ha convertido de un plumazo a todos los masistas en pulgas sin perro. Esa dura constatación los ha puesto más histéricos, y les ha quitado la poca claridad política que les quedaba antes de los comicios.
La ceguera mezclada con la ira y el rencor, les ha impedido además comprender las razones de su derrota; y en esa nebulosa seguramente no deben faltar los giles que se han creído sus propios cuentos, y que realmente piensan que les ganó el imperialismo, o las redes sociales, o el Chulupi Sánchez Berzaín.
No comprenden lo que les ha ocurrido, y en esa agría confusión han decidido seguir actuando con el hígado y con las entrañas, para embarcarse en una nueva arremetida de violencia y autoritarismo.
Han perdido la mínima y elemental capacidad de análisis, la conexión con el mundo real y, lo más grave, la perspectiva política y el sentido de la realidad; se asemejan, diría, a un gigante díscolo y emborrachado, repartiendo manazos a diestra y siniestra, lo que los hace probablemente más peligrosos que nunca.
Los primeros blancos de esta hidrofobia política han sido Costas, Revilla y Chapetón, pero no tengo dudas de que la lista se ampliará rápidamente a periodistas, analistas e internautas.
El coletazo represivo ha venido acompañado estos días de un discurso que, a mi juicio, apunta más lejos: dicen que la gente fue engañada por mentiras en el caso Zapata y que fue por eso que perdieron. Lo que no dicen todavía es lo que intentan construir detrás de esa tesis: que como todo fue un engaño, entonces el referéndum es políticamente nulo, lo que los faculta a desconocer su resultado y a pedir lo que ya han adelantado como “el segundo tiempo”.
Igual que usted, creo que, limpiamente, nunca podrían ganar otro referéndum con el mismo tema, lo que me preocupa aún más, pues me hace prever que el gobierno está pensando en alternativas fuera del campo democrático para evitar su salida el 2020.
Veo al gobierno embarcado en un camino de progresivo vaciamiento democrático que puede terminar en cualquier cosa, y que tendrá como efecto seguro la radicalización de todo el espectro político. 
El escenario regional, plagado de las cagadas que deja el ciclo que acaba y de las ganas de volver de la derecha, tiende a polarizarse también, y no ayuda ciertamente a mantener la calma y la cordura política. 
La bronca y el extravío del MAS nos está llevando entonces a un terreno de peligrosas radicalizaciones, que nos plantearán además una polarización absolutamente mentirosa, en la medida en que el neo conservadurismo encarnado por el MAS, estará en el mismo lado de la vieja derecha y de los viejos liderazgos, que intentarán alinear a todos los descontentos en una misma bolsa. 
Los que no queremos quedar atrapados en ese falso escenario, debemos tomar el camino más largo y más difícil, que no pude ser otro que el de la reinvención de un progresismo que pueda hacerle frente a la derecha oficialista y a los reaccionarios.  

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