jueves, 5 de noviembre de 2015

Cuando ser político se convierte en pecado (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-05/11/12)

El MAS ha convocado para el 21 de febrero un referéndum que ellos
creen será un plebiscito, pero que en realidad será prácticamente un
revocatorio.
Evo y el MAS se dirigen derechito al cadalso, luego de haberse auto
condenado con una increíble maniobra política que, si bien no los alejará formal
e inmediatamente del poder, convertirá los cuatro años restantes de su
mandato, en un calvario.
Nadie los obligó a cometer este tremendo error político; fueron ellos solitos los
que se metieron en este berenjenal, apurados por la crisis económica, por las
ganas de aprovecharse de la causa marítima, pero sobre todo por la
esquizofrenia política que los aqueja.
Perdón, rectifico: el MAS va derecho a otra estrepitosa derrota electoral, si y
solamente si el escenario se mantiene como hasta ahora, y quienes
protagonizan la campaña por el NO son ciudadanos sin relación con la oposició
n política.
Hasta ahora parece que todos han comprendido bien que esa es la bala de
plata que mata al hombre lobo, como se demostró en el último referendo para
los estatutos, en los que los políticos estaban prohibidos de participar, y en la
que los ciudadanos y los líderes de opinión le dieron una tunda al gobierno.
De la cautela política y de la disciplina para mantener ese esquema dependerá
el resultado del referéndum; el rato que alguno de los actores de oposición
caiga en la trampa de las provocaciones o trate de hacerse el vivo intentando
capitalizar la voluntad popular del NO para beneficio propio, la cosa tomará otro
rumbo, y muy probablemente ganará el SI.
Lo saben en el gobierno y por eso están desesperados por obtener alguna
reacción a sus provocaciones, que seguramente irán en un infernal in
crescendo en las próximas semanas.
Saben que el escenario en que siempre les ha ido bien es el escenario donde
ellos crean al enemigo; el escenario de la grosera polarización donde ellos son
los buenos y los otros son los malos, donde ellos son la izquierda y los otros la
derecha, dónde ellos son el futuro y los otros el pasado.
Tan bien lo saben, que incluso están dispuestos a financiar con varios millones
de dólares la campaña por el SI de algún líder de oposición.
Se confirma nuevamente en este escenario electoral, que son la ciudadanía de
a pie y las voces alejadas de los partidos de oposición, los únicos capaces de
encarnar la voluntad popular y ponerle freno a los suicidas excesos del MAS.
Habrá que reflexionar más a fondo este fenómeno, pero sospecho que la
tremenda mediocridad de la oposición y los lazos de ésta con un pasado al que
nadie quiere retornar, le han colmado la medida a una ciudadanía que ya no
está dispuesta a confiarle su voz a una oposición que no ha sabido
representarla.
El resultado del 21 de febrero podría, entonces, no solamente determinar la
derrota del régimen, sino también la derrota de la oposición, tal como le hemos
conocido hasta ahora.
Si le parece muy extraño todo esto que le estoy diciendo, fíjese en este dato
curioso, que creo reafirma la cuestión: Carlos Mesa, el hombre que se ha
mantenido absolutamente al margen de la política y de cualquier aspiración
personal, es hoy la figura mejor perfilada para suceder a Evo Morales.

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