jueves, 6 de agosto de 2015

Amalia Pando y una nueva torpeza del gobierno (Columna Bajo la Sombra del Olivo- Página Siete-06/08/15)

La salida de Amalia Pando de la red Erbol es obra del gobierno, y seguramente, luego de la noticia, han debido descorchar botellas en el palacio en son de festejo. Lo que no saben aún, es que esta hazañita es un nuevo exceso que les va a pasar factura política y electoral, más temprano que tarde. El gobierno en realidad ya se ha convertido en un gigante gordo, torpe y ciego, que a su paso arrasa con todo, allí por donde va. Es cierto, sigue siendo un gigante grande y poderoso, pero ya no es el mismo gigante de antes. En el largo camino de la suma de torpezas, hoy se equivocan una vez más al creer que tumbando a la mala a las voces críticas, se acercan un poco más al codiciado objetivo del poder absoluto y la hegemonía total. Con este acto de matonaje político, otra vez se han pasado de la raya; la raya no es obviamente el límite jurídico, legal o técnico, pero es el límite íntimo que tiene la ciudadanía para aceptar excesos; es esa delicada fibra que tiene el ciudadano para reconocer la diferencia entre la necesaria firmeza de la autoridad, y el abuso de poder. La política de exterminio de periodistas y medios no funcionales al régimen, comenzó probablemente hace ocho años con Carlos Valverde cuando estaba en PAT. La actitud del gobierno hoy es la misma, ignorando que Amalia Pando no es los mismo que Carlos Valverde, que Erbol no es lo mismo que PAT, y que en el 2015 las cosas no las mismas que en el 2008. Amalia Pando es una institución en sí misma, consolidada a nivel nacional en base a más de treinta años de una trayectoria que le dan un peso y una credibilidad que nadie más tiene en el país como periodista. Y Erbol no es cualquier radio. Es una red multimedia ligada a la iglesia católica (la misma del Papa Francisco), que tiene un alcance y una penetración enormes. El odus operandi del gobierno en este avasallamiento sin precedentes al mundo del periodismo, ha sido el siguiente: en el modo fácil, han mandado testaferros para que directamente compren los medios incómodos o apetitosos. Cuando los dueños no han querido vender, o los medios no se podían comprar (es el caso de los medios ligados a la iglesia), han optado por intentar destruirlos por la vía de la asfixia económica y el acoso estatal. ¿Y cómo funciona esto? ien fácil: aproximadamente 50% del mercado de la publicidad proviene del estado. Si como gobierno decido que ninguna institución pública invierta en un medio, ya les estoy quitando de entrada la mitad de la torta. A los valientes que han osado resistir, se los ha apretado aún más. ¿Cómo? Amenazando a las empresas privadas que anuncian en el medio condenado. El acoso estatal se aplica de manera simultánea, y es también bien fácil: consiste en soltar a todos los perros detrás de la presa. Cuando te condenan, te caen todos los días la gente de Impuestos Nacionales, Ministerio del Trabajo, y todas las reparticiones imaginables; todos con la instrucción de no soltar el hueso hasta que la presa se rinda. En el caso de Erbol y de Amalia Pando, es probable que además de la asfixia publicitaria, los hayan terminado amenazando con la no renovación de sus licencias radiofónicas, que, en este caso son más de trescientas. En el viejo régimen, había medios afines a determinados partidos que ayudaban cuando hacía falta; por el otro lado algunos medios chantajeaban al gobierno de turno con sus titulares, para beneficiarse con dádivas del estado a otras empresas del conglomerado; y también había medios truchos, subordinados al poder. Pero nunca nada ni remotamente parecido ni tan perverso como el impulso fascista se ha desatado en este gobierno en su relación con los medios.

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