jueves, 4 de junio de 2015

Señales interesantes desde La Paz (Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete 04/06/15)

La conformación de los equipos de trabajo de Patzi, Revilla y Chapetón, está marcando una tendencia extraordinariamente importante, que no debería pasar desapercibida. La designación de secretarios y directores, no solamente reviste importancia para lo que será la gestión en términos técnicos, sino que constituye una señal muy interesante, con mayor significación política de la que aparenta. Cuidar y privilegiar la gestión técnica y administrativa puede parecerle a usted y a mí una cuestión evidente, pero es algo que ha perdido valor en el ámbito público en los últimos diez años. El nuevo gobernador de La Paz ha iniciado su gestión pidiéndole disculpas a las organizaciones sociales que le pidieron cuotas, y apostando por profesionales. “Valoro a los hermanos que viene del campo, pero valoro más a los que han puesto sacrificio en estudiar”, ha dicho Patzi, sin ninguna ambigüedad. Revilla, que en su plancha para el consejo municipal aposto exitosamente por un equilibrio entre juventud, experiencia y representatividad social, en el ejecutivo reafirmó en su equipo la experiencia y la capacidad, en una institución en la que la idoneidad técnica resulta esencial. La Sole en El Alto apostó igualmente por el perfil profesional en su gabinete y en las subalcaldías, rompiendo la perversa tradición del cuoteo institucionalizado de la Fejuve alteña. Estas decisiones políticas en la trica paceña conducida por partidos de oposición, son una señal que marca una diferencia con el gobierno central y con las alcaldías y gobernaciones manejadas por el oficialismo, en las que ha primado un criterio deformado de la participación de organizaciones sociales, y en las que la capacidad de gestión ha sido devaluada a su mínima expresión. El péndulo de la administración pública comienza así a oscilar finalmente en dirección contraria; el otro extremo de esa trayectoria pendular fue el final del viejo régimen que cayó en 2003, en el que el anti intelectualismo era una virtud, en el que reinaban los tecnócratas y los operadores de la nada, y en el que la discusión de ideas era una pérdida de tiempo. Los diez años de gobierno del MAS llevaron el péndulo al otro extremo, es decir a la irresponsable y curiosa fórmula de la pseudo ideologización extrema con el pragmatismo más crudo. El discurso y la cháchara diaria están impregnados de sobre ideología, la acción política es de un pragmatismo ultra liberal, y la gestión es lo de menos. Estas maneras de encarar los desafíos locales y regionales podría estar marcando el la tónica que deberá tener el próximo gobierno, dentro de cuatro años y medio. A mi juicio, ese próximo gobierno tendrá que tender puentes entre el mundo de la política y el mundo de las ideas. En la próxima gestión los intelectuales y los académicos no debieran limitarse a ser consejeros y asesores, sino asumir tareas y responsabilidades propias de la gestión y de los asuntos de gobierno. Resulta imperativo restablecer un equilibrio de pesos entre políticos, técnicos y pensadores en una lógica en la que no predomine la consigna y el prejuicio ideológico, sino más bien las ideas y las soluciones a los problemas de la gente. La política debe volver a ser el espacio de encuentro de valores, ideas e instrumentos que resuelvan las necesidades del ciudadano, y eso poco tiene que ver con una mera ideologización discursiva, que es lo que ocurre actualmente.

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