jueves, 27 de enero de 2011

Sorpresas de un proceso en pleno movimiento (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-27/01/11)

Qué fascinante resulta encontrarse involucrado en medio de un proceso de transformaciones, que cada día nos sorprende con nuevos giros. Claro, lo digo yo que soy un apasionado (elegante manera de describir a un vicioso) de la política (de la verdadera, de esa que tiene que ver con las ideas, y no de la política activa); el resto de la gente probablemente tenga una impresión completamente distinta, y más bien se incline por pensar que ésta es una pesadilla eterna, que no termina de dar tregua.

Es verdad, la mayoría de los ciudadanos pueden estar un poco saturados de tanta política, pero eso de ninguna manera le resta riqueza a lo que estamos atravesando los bolivianos, desde hace muchos años. Luego del derrumbe casi natural del viejo régimen, cuyo emblema en lo bueno y en lo malo fue Sánchez de Lozada, las clases medias probablemente todavía no sospechaban que se avecinaba un proceso de tales alcances y profundidades. Las clases populares, protagonistas desde hacía muchos años de movilizaciones y luchas en distintos escenarios, quien sabe eran más conscientes de que algo grande tendría que venir, más temprano que tarde.

Y así fue. La acumulación de fuerzas, tensiones, lecciones, aprendizajes, excesos y búsquedas, estalló, luego de veintitrés años de recuperación de la democracia, en la elección de Evo Morales el mes de diciembre de 2005. No es mi intención hacer una ociosa recopilación de lo ocurrido desde ese momento hasta la fecha; lo único que quisiera insinuar, es que, el año pasado, el gobierno se empeñó en intentar convencernos de que la querella política había terminado definitivamente. El actuar del gobierno es expresó también en ese entendido, priorizando sólo aquello que le sirviera para atornillarse durante muchos años en el poder, o en otra palabras, consolidando su hegemonía.

Es cierto, se ha derrotado a la derecha encarnada en los viejos partidos y a los grupos de interés que les dieron sustento, como también es cierto que se ha marcado el escenario, el rumbo y la nomenclatura política para las próximas décadas. Lo que ya no es tan cierto es que la pugna política haya llegado a su fin. Este no es el fin de la historia, y como lo predijimos muchas veces en éste espacio, las contradicciones y pugnas internas del régimen, son las que están generando nuevas tensiones, actores, tendencias y escenarios.

Cuando la cosa parecía resuelta y la consolidación del poder comenzaba a aburrirnos y asquearnos un poco, se produce el sacudón de diciembre, error monumental de cálculo, pero también reacción a una acumulación de excesos y errores. Y resulta entonces que nada está dicho de manera definitiva, que uno resultó ser vulnerable e inmortal, que otros pueden estar coptados pero que los que están más abajo tienen autonomía propia, que otros, que hasta hace poco todavía la peleaban dentro del régimen, ahora han decidido enfrentarse desde fuera, que otros no aprenden con nada, y que otros más, lejos de aprender, ya ni siquiera quieren escuchar.

En fin, quiero decir que cuando la novela se estaba poniendo aburrida, la realidad nos ha recordado que estamos dentro y frente a un proceso vivo y en permanente movimiento, que está todavía lejos de terminar. Por eso digo que es fantástico que nos sorprendamos nuevamente con la rica realidad que nos vuelve a mover, como señalándonos que lo logrado hasta ahora no es lo que la mayoría esperaba, y que los caminos de rectificación del rumbo se abrirán, de una o de otra manera.

2 comentarios:

  1. La gente del campo sigue en la misma. Más de lo mismo. Subsistencia. Casi sin hospitales, casi sin escuelas, casi sin agua potable, casi sin comunicaciones. Sí; han aprendido a firmar su nombre, y a algunos les han operado de cataratas. Pero su forma y modos de vida siguen igual. Vienen camionetas y los llevan al Km 0 para aparecer en la foto. Para ellos que son los que ciegamente apoyan al proceso de cambio, el cambio de estructuras está por llegar en ......algún dia, el rato menos esperado.

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  2. Ojalá que a la gente que hace filas y la que gastará más de su bolsilo en alimentos les haga tanta gracia!

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