jueves, 22 de abril de 2010

Ferrocarril, carril, carril…(Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-22/04/10)

¿Cómo se inauguran las páginas de opinión de un nuevo periódico sin caer en cursilerías o en antipática zalamería? Qué puedo decir. A riesgo de cometer ambos pecados, confieso que detrás de todo el cinismo que nos caracteriza a los apasionados de la política y el periodismo, me siento honrado y profundamente motivado por éste nuevo desafío. Doble desafío; para los dueños, que emprenden una nueva empresa en el siempre complicado mercado local y para los periodistas y afines, que hemos apostado con entusiasmo por éste proyecto, cuyo reto debe ser el ejercicio permanente de un periodismo de calidad. Afortunadamente, será usted quien tenga la última palabra.

Dicho esto, volvamos a nuestro deporte favorito: la política. Pese a que desde todos los frentes posibles hacen lo posible y lo imposible para saturarnos y fatigarnos, a los bolivianos, y a los paceños en particular, la política nos fascina. No es por nada que nos hemos ganado la fama de ser el epicentro y el corazón de la política nacional. Lo que ocurre en La Paz, nunca debe ser tomado a la ligera. Modestia aparte, creo que una vez más hemos demostrado una extraordinaria madurez con el mensaje municipal enviado hace pocos días. Quienes pensaron que los paceños éramos un cheque en blanco listo para ser llenado con la consigna de turno, se equivocaron de medio a medio.

Es por eso que, más allá de las infinitas interpretaciones políticas de los resultados de unas elecciones de por sí complejas, lo ocurrido en La Paz tiene un altísimo significado político. El llamado de atención al machacante bombardeo propagandístico vacío de contenidos y al giro medio chinchoso que ha tomado el discurso de gobierno, es evidente. Esto ha sido un jalón de orejas serio y saludable que, en el mundo ideal, debería convertirse en un baño de humildad y autocrítica para el gobierno. La hegemonía no es automática y el precio de los apetitos políticos equivocados se paga con multas e intereses; eso es lo que la dirigencia masista debió escuchar. Si no saben escuchar las voces amigas e internas de discrepancia, ojalá lo hagan con la voz de los votantes. Por el momento, parece que han optado por el papelón de intentar desconocerla.

Pero ojo, si la derecha se ha alegrado de los tropiezos del oficialismo, esto es prueba de que otra vez no han entendido nada. La oposición regional lejos de ganar algo, sigue cediendo espacios, atada a liderazgos decadentes, agotada por su falta de visión nacional e hipotecada por sus propias culpas. UN ha revelado que su problema se llama Doria Medina; menudo problema tratándose de su jefe/dueño. Lo he dicho una y mil veces: la historia nos demuestra que en estos procesos, la oposición nace de la propia costilla, desde dentro; de las contradicciones internas dicen los teóricos. Yo digo de las pequeñas miserias y de las pugnas de liderazgo.

Qué curioso, pienso en el MAS y no puedo sacarme de la cabeza esa cancioncita con la que siendo niños, avanzábamos y retrocedíamos abrazados, al son de, Ferrocarril, carril, carril, Arica La Paz, La Paz, La Paz, un paso pa´tras pa´tras, pa´tras.

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