jueves, 29 de diciembre de 2016

¿Quién dijo que el 2016 fue un mal año? (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-29/12/16)

Está bien, puede ser que el MAS nos haya sorprendido con barbaridades y disparates que creíamos imposibles, que hayamos perdido a una docena de genios de la música y que la falta de agua en La Paz haya hecho retroceder nuestra calidad de vida unos doscientos años, pero dejénme decirles algo: en términos políticos el año 2016 fue estupendo, pues finalmente marcó el agotamiento y el cambio de un ciclo político.

El 2016 ha sido un año de inflexión a partir del cual cambiará el sentido de la política boliviana, y a partir del cual hemos decidido pensar y actuar en función a un futuro distinto.

Todos sabemos que lo que tenemos por delante no será sencillo, pero creo que la mayoría estamos también convencidos de que somos absolutamente capaces de asumir, desde donde nos toque, el reto de cambiar el rumbo por el cual vamos. Y creo que estamos convencidos de aquello, porque sabemos que no es la primera vez que el país enfrenta una situación límite, que nos demanda un esfuerzo supremo para no caer en un abismo, y que siempre supimos encontrar el camino.

Lo paradójico de esto es que fue el propio MAS el que generó las condiciones para que esto ocurra; su ceguera y su esquizofrenia políticas, los llevaron a cometer el gran error de convocar al referéndum del 21-F. Ese error los confirmó, a ojos de todo el mundo, como un régimen autoritario y angurriento, capaz de incumplir todos sus compromisos y obligaciones, con tal de quedarse en el poder.

Y así fue como a principios de este gran año, perdieron el referéndum y le dieron al país cuatro largos años para generar nuevas propuestas y preparar nuevos liderazgos y proyectos políticos; todavía quedan tres por delante, y en política eso es mucho tiempo.

En este bárbaro 2016, y a partir del 21-F, la política dejó de ser monopolio del gobierno y de la turulata oposición parlamentaria, y se reencontró con los jóvenes y con los ciudadanos de a pie, a través de numerosos colectivos ciudadanos que se han sumado al escenario político, refrescándolo y vigorizándolo.

En este intenso y revelador año, el MAS ha cerrado su funesta actuación rematándose políticamente en su intento de desconocer y anular el resultado del referéndum, alineando a la gran mayoría de los ciudadanos en la lucha por la defensa de la democracia.

¿Debiera desalentarnos esta intentona autoritaria de atropellar nuestra democracia? No, si entendemos que lo han hecho porque no les quedaba otra, en una situación en la que se están matando internamente, y necesitan cerrar filas para evitar el desbande.

No, si entendemos que, por muchas ganas que tengan de quedarse indefinidamente, no podrán ganar un nuevo referéndum, y que ni siquiera podrían ganar una elección general con Morales como candidato.

Porque este 2016 nos ha mostrado con claridad que la inmensa ineptitud en la gestión, combinada con la corrupción a gran escala y la crisis económica que se niegan a enfrentar con seriedad, harán que el gobierno llegue al 2019 con un desgaste muchísimo mayor al que todos imaginan.

Este macanudo 2016 nos ha confirmado entonces que el MAS llegará, con quien fuera candidato, tremendamente debilitado a las elecciones generales, y que el próximo gobierno que elijamos no estará condenado a muerte de antemano por un supuesto poderoso bloqueo político.

Este agitado 2016 nos ha mostrado, en suma, que habrá vida después del MAS, que el mundo no se acabará el 2019, y que podemos seguir adelante, valorando lo avanzado, pero sobre todo, sin cometer el error de querer volver al pasado.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Falacias, mentiras y maniobras envolventes (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-15/12/16)

El anuncio de García Linera de declinar una supuesta posibilidad de reelección, ha hecho que dejemos de hablar del agua, de LaMia y de los nuevos dueños del Illimani durante los últimos cinco días. Esa era una de las intenciones de la declaración, y hasta ahí, creo que ha cumplido con su cometido.

Mover la agenda mediática cuando estás con el agua hasta el cogote no deja de ser un buen negocio, sobre todo cuando los temas que te están acogotando no solamente no tienen visos de una pronta solución, sino que tienden más bien a enturbiarse cada día que pasa.

Pero claro, esa es política chica, que te puede dar una bocanada de aire un par de semanitas, mas no te resuelve el drama de fondo. Y para ellos el único tema de fondo y el único tema que realmente les importa, es cómo evitar el peso de la justicia una vez que se les termine el periodo de gobierno.

Lo único que les quita el sueño, es acostarse en la noche pensando en los actos de corrupción y de violación a las leyes que cometieron con tanto descuido (creyendo que se quedarían treinta años y que nadie nunca les pediría cuentas de nada), en lo difícil que se les hará encontrar un país al cual escapar, y, por ende, en la terrible imagen de tener que pasar el resto de sus días en Irán, en Corea o en China.

Después de más de una década de privilegios, de vivir como sultanes y de haberse acostumbrado a manejar el país como su chacra, se acuestan en la noche con miedo, y eso los hace doblemente peligrosos; por eso parecen estar dispuestos a todo para no dejar el poder (y cuando digo todo, estoy pensando en cualquier tipo de salida).

Habrá que ver entonces que pretende y hacia dónde apunta la declaración de García Linera; pero lo más curioso del asunto es que en estos días han circulado infinidad de teorías al respecto, pero absolutamente todas basadas en la certeza de que el hombre está mintiendo nuevamente.

Me pregunto qué es lo que has tenido que hacer, para llegar a un punto en el que la mayoría de la gente asume que todo lo que dices es mentira, o es parte de alguna “estrategia envolvente” maquinada para utilizarte y para engañarte.

Y es que el vicepresidente justamente ha abusado de la mentira de tal forma, que es imposible saber qué es lo realmente quiere decir cuando dice algo.

En este caso la mentira está implícita en la declaración, pues intenta hacernos creer que está renunciando generosa y abnegadamente a una candidatura prohibida por la constitución y por los resultados de un referéndum expresamente convocado para que decidiéramos sobre el asunto.

Se trata de una nueva falacia para intentar hacernos creer que nos estaría haciendo un favor o que está asumiendo un sacrificio o un acto de desprendimiento político, al cumplir simplemente lo que manda la ley y la constitución. ¿Se supone entonces que deberíamos agradecerle ese magnánimo gesto?      

Si el vicepresidente quería realmente mandar una señal política seria, debía haber dicho simplemente que está dispuesto a someterse al estado de derecho; de esa manera habría contribuido a darle certezas al país, y a esclarecer si estamos realmente viviendo en democracia.

Lo más probable, en suma, es que el ruidoso anuncio sea una movida más para preparar el terreno del congreso del MAS, en el que se oficializará el mayor atentado contra el sistema democrático, del que tenemos memoria.

Seguramente el cálculo político que hacen es que perpetrando el hecho a pocos días de las fiestas de fin de año, como intentaron hacerlo aquella vez del gasolinazo, evitarán la reacción de la ciudadanía.

jueves, 8 de diciembre de 2016

El regalito de fin de año (Columna Bajo la Sombra del Olivo-Página Siete-08/12/16)

El broche de oro del año, lo pondrá la próxima semana el presidente Morales en el congreso ordinario del Movimiento al Socialismo. En vez de doble aguinaldo, este año el partido de gobierno nos regalará la decisión oficial de hacerse pipí en el voto de la gente el 21 de febrero, y de decirnos que nosotros podremos haber votado como quisiéramos, pero que ellos han decidido que Morales volverá nomás a ser candidato el 2019.

Al parecer no tienen mucho tiempo en sus agendas para ocuparse del tema del agua y de la gestión en general, pero si se han hecho un campito de cinco horitas para una reunión con toda la muchachada de la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), en la que definieron oficialmente, que el tema principal del congreso será la reelección de Morales.

Un grupito de dirigentes y de capangas del MAS, no solamente van a decidir por el resto del país, sino que van a ignorar la voluntad expresa de la ciudadanía en un referéndum que ellos mismos pidieron, y que nos costó, además, una millonada de plata.

Yo sé que el MAS y Evo Morales nos tiene acostumbrados a los excesos más grandes, y que a estas alturas ya nada nos sorprende mucho, pero déjenme decirles, esto que están a punto de hacer es un atentado mayor contra el sistema democrático.

Desde que los bolivianos recuperamos la democracia, nunca se había producido una violación tan masiva y descarada del sistema electoral. En el año 1989, la funesta Banda de los Cuatro, alteró los resultados electorales en algunas pocas circunscripciones, y con eso consiguió que el tercero sea elegido finalmente presidente de la república.

Pero lo que estamos a punto de ver ahora, es el desconocimiento de toda una elección, por el simple hecho de que el resultado no le favoreció a Evo Morales. Y es que hay que decir las cosas con todas sus letras: la decisión del congreso del MAS, estará anulando de facto los resultados del referéndum del 21 de febrero, ni más, ni menos que eso.

Estamos nomás frente al peor atentado que se ha cometido contra le democracia en los últimos treinta y cuatro años, y frente a una acción que marcará de forma indeleble a Evo Morales ante el mundo y ante la historia.

Digo que tendrán que cargar con el peso de esta decisión por el resto de sus días, porque con ello, cruzarán ya de manera flagrante la línea democrática, y, de allí, señores, no hay retorno posible.

Si bien hasta ahora, y cada vez menos, ha habido gente en el país dispuesta a creerle cualquier disparate a Morales, probablemente cuando le quiera explicar al mundo que ha anulado las elecciones que le prohibían reelegirse, porque en la campaña utilizaron una mentira en su contra, pasará seguramente a ser un hazmerreir mundial.

Un argumento tan pobre como ese le pasará con el tiempo la factura de pasar de ser una personalidad internacional, a ser un dictadorzuelo más.

Pero, ojo, esto será solamente el comienzo de una penosa agonía política, pues obviamente no les será suficiente anular el referéndum; para poder quedarse en el poder a cualquier costo, tendrán luego que cambiar también al Tribunal Supremo Electoral, para poder de esta manera montar un enorme fraude en un nuevo referéndum, porque, todos lo sabemos, por las buenas perderían nuevamente, pero esta vez por goleada.

Triste final para un presidente y un gobierno que pudieron haber hecho historia.